Mié 24.11.2004

SOCIEDAD

La educación sexual en la ciudad puede ser ley antes de fin de año

El proyecto que la establece como materia obligatoria desde el preescolar ya tiene dictamen de mayoría en la Legislatura. Si no reúne los 31 votos, se tratará la propuesta de minoría, apoyada por los sectores más conservadores.

El proyecto de ley que establece la educación sexual como materia obligatoria en todas las escuelas porteñas desde el nivel inicial obtuvo ayer la aprobación de la mayoría en la Comisión de Educación de la Legislatura y ahora está en condiciones de ser tratada por el cuerpo, aunque debe reunir 31 votos para convertirse en ley. La iniciativa impulsada por los kirchneristas Ana Suppa y Diego Kravetz y la macrista Florencia Polimeni, establece que los contenidos serán determinados por la Secretaría de Educación, aunque fija una nómina de temas que han de ser tratados en el aula. La iniciativa se enfrenta a la presentada por el macrista Santiago de Estrada –con dictamen de minoría–, que involucra a los padres en la fijación de los contenidos. Sobre ambas propuestas –que serían tratadas antes de fin de año–, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, adoptó una posición equidistante: “Hay un sendero intermedio para transitar, donde haya educación sexual pero con un criterio de racionalidad y de información”, afirmó.
La propuesta de mayoría establece que la educación sexual deberá impartirse desde el preescolar. La iniciativa de De Estrada establece que la materia tiene que darse a partir de séptimo grado y que los contenidos deben ser establecidos por cada escuela, con el consenso de los padres. La incorporación de la educación sexual en las escuelas como materia obligatoria generó una intensa polémica, al punto de que el cardenal Jorge Bergoglio calificó la iniciativa impulsada por Suppa como “más fascista que la que podría hacer Goebbels”, en referencia al secretario de Propaganda de Adolf Hitler. Ahora, los legisladores que impulsaron la propuesta de mayoría pidieron una audiencia con el cardenal y serán recibidos hoy a las 10.45 en la vicaría. “El objetivo es explicarle de qué se trata esta propuesta”, explicó una fuente de la Legislatura.
Tras la reunión de comisión realizada ayer, los legisladores comenzaron a afinar el lápiz para sacar cuentas sobre los votos que reunirá cada proyecto. Las dos iniciativas serán tratadas en el recinto en la misma sesión, que se llevaría a cabo entre el 10 y el 15 de diciembre, según los cálculos de los diputados. Primero se pondrá a consideración el proyecto de Suppa –que obtuvo seis votos en comisión, sobre un total de nueve– y, si no alcanza la mitad más uno de los sufragios a favor, se tratará la segunda iniciativa.
La primera propuesta contaría con el apoyo de los kirchneristas, el ARI, el Bloque Plural y los diputados de la izquierda. Pero el hecho de la macrista Florencia Polimeni sea una de la impulsoras del proyecto es considerada como la puerta de entrada para contar con el visto bueno de otros legisladores del mismo bloque. Este es el caso de la diputada María Soledad Acuña, que ya se pronunció a favor del texto firmado por Suppa.
Para alcanzar un acuerdo y finalmente poder emitir dictamen, Suppa, Kravetz y Polimeni aceptaron hacer algunas concesiones, como la inclusión del concepto de “espiritualidad”, que involucra valores éticos y religiosos. También quitaron del contenido del proyecto puntos como el de la “masturbación” y “sexo compartido”, pero dejaron el de “erotismo”, un concepto que el propio jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, se oponía a incluir. El funcionario había adelantado a Página/12 su apoyo a la educación sexual en la educación primaria, pero había criticado la enumeración de temas a dictarse en las aulas. “La educación sexual es una responsabilidad del Estado”, dijo. Pero rechazó la creación de consejerías para temas sexuales en las escuelas, como propone el texto de mayoría, ya que “antes debería haber consejerías sobre otros temas”.
La reunión de la Comisión de Educación se desarrolló en el Salón Montevideo, sin el marco polémico que había caracterizado los anteriores encuentros, cuando participaron diversas organizaciones sociales y religiosas, que pugnaban por uno u otro de los proyectos. La iniciativa de Suppa contó con los votos de Polimeni, Kravetz, Fernando Melillo, María Estenssoro y Vilma Ripoll, aunque esta última marcó su disidencia respecto del ingreso del concepto de espiritualidad. El texto presentado por De Estrada obtuvo los votos también de Marcelo Godoy y Marcos Peña.
De Estrada se mostró esperanzado con obtener la mitad más uno de los votos: “Tenemos la impresión de que puede ser mayoría”, dijo a este diario, aunque no dio más precisiones. Polimeni estimó, sin embargo, que el proyecto que impulsa será ley, aunque en el recinto “puede haber alguna modificación, pero no en las cuestiones de fondo”.
Suppa explicó que se agregaron a la iniciativa los “valores éticos, religiosos y la figura de trascendencia porque, después de las rondas de consultas que realizamos, consideramos que había que incluirlos en el marco de la diversidad cultural y de credos existentes en las escuelas. Y además somos respetuosos de cada institución”. Los impulsores de este proyecto son optimistas respecto del resultado, aunque admiten que “ahora nos toca hablar con cada uno de los diputados para comentarles los cambios y que decidan”.

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