Los aplausos se multiplicaron y los papelitos blancos invadieron el recinto. Ni siquiera faltaron las rondas de helado para festejar. La razón: los legisladores porteños aprobaron ayer el proyecto de ley que declara la expropiación del edificio y las instalaciones de 12 empresas recuperadas de la ciudad de Buenos Aires. Tal como adelantó Página/12, las dos iniciativas que se habían presentado fueron unificadas instantes antes de comenzar la sesión. Pero la tarea para conseguir los votos no fue fácil: alargaron discursos y cortaron el debate para aprovechar el instante en que estaban presentes en la sala los 40 legisladores que votarían a favor.
La propuesta fue aprobada por 43 votos, tras unificar los proyectos del kirchnerista Diego Kravetz y de Roy Cortina (socialista), Fernando Melillo (ARI) y el macrista Jorge Mercado. La medida declara la expropiación de Vieytes, Chilavert, La Nueva Esperanza, Diógenes Taborda, Cooperpel, Viniplast, 18 de Diciembre (Brukman), Gráfica Patricios, La Argentina, Fénix Salud, Maderera Córdoba y Lácteos Montecastro.
“Ahora esta ley nos permite ganar libertad”, enfatizó Ricardo Roldán, de la cooperativa Vieytes, que se encargó de repartir helados –el producto que elaboran– a cada uno de los diputados que se encontraban en el recinto.
Incluso, uno de los diputados debió alargar el discurso, por pedido de algunos otros legisladores, para no empezar a votar porque aún no contaban con los dos tercios necesarios. Hasta uno de los oradores llegó a pedir otra ronda de helados para tentar a los colegas ausentes. Pero minutos más tarde, cuando los tres diputados que se requerían aparecieron en el recinto, se pidió cortar inmediatamente con la lista de oradores para votar.