SOCIEDAD
› SUBE LA TARIFA, PERO LOS TAXISTAS SIGUEN DESCONTENTOS
Aumento joya, nunca taxi
A partir del 1º de enero, la bajada será de 1,60 y cada ficha costará 18 centavos. El aumento de 11,11 por ciento no dejó conformes a los taxistas. Hoy realizarán una marcha por el centro.
Luego de los anuncios de paros, escraches y movilizaciones de taxistas por un aumento del 20 por ciento en el servicio de taxis de la ciudad, el gobierno porteño decidió incrementar en un 11,11 por ciento la tarifa. El aumento es el segundo del año (el anterior había sido del 12,5 por ciento, en mayo pasado). La decisión significa una suba de 16 a 18 centavos en el precio de cada ficha, y un incremento en la bajada de bandera de 1,44 a 1,60, a partir de enero de 2005. Pese al aumento, los gremios de taxistas se declararon “en alerta y movilización” por la diferencia entre sus reclamos y el monto otorgado. Algunos harán la marcha prevista para hoy mismo en el centro porteño; otros decidieron pasarla para la semana próxima aunque los reclamos sean los mismos: mayor aumento, suspensión de la renovación de unidades que vencen este año y mayor control del transporte ilegal de pasajeros.
El aumento fue determinado por la Secretaría de Infraestructura de la ciudad para “mantener el nivel de calidad de servicio de acuerdo con la variación de la ecuación económica” que fue establecida “en consenso con la mayoría de los gremios (taxistas), aunque haya otros, los menos, que están en contra”, señaló a Página/12 el subsecretario de Transporte porteño, Andrés Borthagaray. Para el secretario general del Sindicato de Taxistas, José Ibarra, las cosas son distintas: “Durante las reuniones, el gobierno sabía que el incremento debía ser del 20,57 y sólo nos dio un 50 por ciento de lo que pedimos”, calculado de acuerdo con las subas en los seguros, licencias e insumos para mantenimiento de las carrocerías. “Hay repuestos que subieron entre un 200 y un 300 por ciento”, apuntó. Por su parte, Enrique Celi, de la Federación Metropolitana de Autos Taxi, observó que “con la devaluación, un auto que valía 14 mil pesos ahora vale 30 mil. En los últimos 9 años sólo hubo un aumento del 28 por ciento. Y los costos de mantenimiento subieron. Es evidente que este aumento no alcanza.”
Borthagaray explicó que “los gremios presentaron varios porcentajes de aumento que evaluamos sobre la base de un modelo de cálculos contrastables con la realidad y de acuerdo con las posibilidades de los pasajeros. Pero si se quiere recomponer el precio de acuerdo con el aumento de los automóviles después de la devaluación del peso, nadie podría tomar un taxi”.
La medida oficial, de alguna manera, frena las demandas de los taxistas y obliga a extender la discusión para el próximo año. “El aumento ya salió y no se lo debió decidir así”, concedió Celi. “No obstante, vamos a seguir dialogando. Pero el gobierno porteño tiene que tener en cuenta que llevamos tantos pasajeros como el subte: más de un millón de personas; no tenemos subvención estatal como otros servicios y nos quitaron la exención del 50 por ciento del pago del IVA.”
En medio de esta discusión, algunas entidades que agrupan a propietarios de taxis mantendrán la movilización prevista para hoy a las 11, que partirá desde Corrientes y Cerrito hasta la sede del gobierno, ubicada en Bolívar 1. Algunos otros sectores advirtieron que realizarán escraches frente a los domicilios del jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, y del secretario de Infraestructura y Planeamiento, Roberto Feletti.