SOCIEDAD
El día que los diputados se pusieron nucleares
Anoche, Diputados se aprestaba a aprobar un polémico acuerdo nuclear firmado con Australia. Los argumentos de los ambientalistas y de los que defienden el acuerdo.
La Cámara de Diputados se aprestaba, al cierre de esta edición, a aprobar un polémico Acuerdo Nuclear con Australia, que habilitaría el ingreso de residuos radiactivos al país. Legisladores del ARI y la izquierda, junto con una coalición de 300 organizaciones ambientalistas, levantaron la voz en contra y denunciaron que es violatorio del artículo 41 de la Constitución, que prohíbe la introducción al territorio argentino de desechos nucleares. “Están abriendo las puertas para que la Argentina se convierta en un basurero nuclear”, increpó Juan Carlos Villalonga, de Greenpeace. Cinco de sus activistas, uno disfrazado de Papá Noel, fueron detenidos ayer durante una protesta frente al Congreso.
El tema llegó al recinto corrido por el apuro del oficialismo por convertirlo en ley. El miércoles, apenas un día antes de la sesión, obtuvo dictamen de mayoría en una reunión conjunta de las comisiones de Relaciones Exteriores y Energía en Diputados. Según denunció ante este diario el socialista Jorge Rivas, “trataron este tema tan trascendente de manera artera y oscura, igual que cuando se le dio media sanción en el Senado en 2001”. “Es un acuerdo absolutamente riesgoso e inconstitucional”, señaló a Página/12 Marta Maffei, del bloque del ARI.
El convenio fue firmado entre Argentina y Australia en 2001, durante la gestión de Fernando de la Rúa, pero requiere de la ratificación del Congreso. Su aprobación es necesaria para darle un respaldo legal al contrato por el cual la empresa Invap –de la provincia de Río Negro– y la Comisión Nacional de Energía Atómica vendieron en 180 millones de dólares un reactor nuclear al gobierno australiano, cuya entrada en servicios está prevista para el año próximo.
El punto más polémico es el artículo 12, que establece que la Argentina se compromete a recibir el combustible nuclear gastado, usado para alimentar la central nuclear australiana, para ser “acondicionado” aquí y luego devuelto a su país de origen.
El oficialismo defendió el acuerdo con el argumento de que no se trataría de desechos radiactivos sino de combustible para reciclar. “Los ambientalistas mienten descaradamente”, acusó Jorge Argüello (PJ). Pero según explicó la diputada Maffei, en el mismo convenio firmado con Australia se define al combustible gastado como “residuo nuclear”. “Incluso, ante un pedido de informes mío, el propio Invap confirmó esa información”, apuntó Maffei. Además, “los combustibles nucleares gastados son desechos para la Ley de Gestión de Residuos Radiactivos argentina”, apuntó Villalonga.
El combustible a base de uranio se procesaría en el Centro Atómico de Ezeiza. “Existe un riesgo radiactivo muy grande por su manipulación y por su transporte”, dijo Villalonga. “Detrás hay un gran negocio, que es el reciclado de residuos nucleares que el Invap no se lo quiere perder”, disparó Maffei.