Como si la naturaleza quisiera festejar que se cumple un mes de los tsunami que ocasionaron la muerte a cerca de 220 mil personas en el sudeste asiático, ayer esta zona sufrió dos terremotos que tuvieron su epicentro a 580 kilómetros del ocurrido el 26 de diciembre pasado.
En Indonesia un hombre murió al derrumbarse su casa. En ese país resultaron dañados varios edificios, mientras la gente en la calle corría desesperada gritando “¡Vuelven los tsunamis!”. Al oeste de Tailandia, miles de personas dejaron sus casas porque se decía que el temblor había agrietado cuatro diques, por lo que la zona podía inundarse de un momento a otro. En Indonesia, miles de personas huyeron a sitios altos para protegerse. Y en Madras, ciudad costera de la India, en la calle los pobladores gritaban “¡Agua, agua!”, ante el temor a las olas gigantes. El epicentro del terremoto se detectó en Palu, ubicado 1740 kilómetros al sudeste de Calcuta.