SOCIEDAD
› LA DIFICIL TAREA DE ELUDIR LA LEY
Huyendo en patrullero
Mientras veinte personas se fueron al humo sobre tres policías que intentaban detener a un hombre acusado de ocasionar desmanes en la vía pública, el supuesto revoltoso aprovechó la maroma para fugarse. Para elegir el método, indudablemente tuvo estilo: se subió al patrullero que estaba esperando y arrancó a todo trapo. El episodio ocurrió el miércoles por la noche, en la localidad bonaerense de General Pirán. Al patrullero lo encontraron. Al chofer, no.
Según relató a Página/12 Claudio Lertora, a cargo de la subcomisaría local, un llamado los alertó de que en Pasaje Centenario al 100 un grupo de personas estaba provocando desorden. Al momento de llegar, dos policías bajaron para registrar a los supuestos revoltosos. El otro se quedó dentro del auto. Pero cuando empezaron el registro, uno de los cacheados decidió que no sería palpado sin que se conozcan los motivos y se rebeló.
“Es una comunidad chica. Cuando los vecinos advirtieron que la policía se estaba llevando a uno vinieron a hacer causa común”, intentó describir el subcomisario. Viendo cómo venía la mano, el tercer policía descendió del auto en apoyo de sus compañeros.
Pero al armarse la batahola, Claudio Pérez, de ahora en más el impalpable, no lo pensó demasiado y se subió al patrullero. Al volante. Con las llaves puestas, nada más puso primera y enfiló hacia otro lugar.
De todos modos, el conflicto terminó allí mismo porque al escaparse el impalpable “ya no quedaban motivos para seguir discutiendo”, razonó Lertora, y agregó que “se descomprimió en forma saludable, por suerte”.
El patrullero fue encontrado poco más tarde a algunas cuadras del lugar, mientras que el impalpable Pérez no fue localizado. El episodio fue caratulado como “averiguación de hecho” y es investigado por el fiscal de Mar del Plata, Pablo Viñas, quien no tomó ninguna medida procesal contra Pérez.