SOCIEDAD
› PRISION AL GUIA DE LOS ALUMNOS MUERTOS EN BARILOCHE
Una avalancha que terminó en condena
La tragedia del cerro Ventana, en la que nueve estudiantes murieron por una avalancha ocurrida el 1º de septiembre de 2002 en Bariloche, volvió a golpear ayer al guía de los alumnos, Andrés Lamuniére, él mismo víctima y sobreviviente del desastre. Un tribunal oral lo condenó a la pena de tres años de prisión efectiva y diez de inhabilitación como guía por el delito de homicidio culposo al considerar que actuó con impericia e imprudencia.
El contingente de la desgracia estaba formado por unos 70 jóvenes que cursaban el primer año del profesorado de Educación Física con orientación a las actividades de montaña en el Centro Regional Universitario de Bariloche, que depende de la Universidad Nacional del Comahue. La actividad se desarrollaba en el marco de la materia Caminatas de Montaña. Habían comenzado el ascenso al cerro Ventana el sábado 31 de agosto. Al día siguiente llegaron a la cumbre y después de algunas horas emprendieron el regreso, divididos en grupos. Uno de ellos fue sorprendido por el alud a más de mil metros de altura, alrededor de las 17.
Los estudiantes describirían más tarde que lo primero que les anunció la tragedia fue un sonido similar a un disparo. Las tareas de rescate comenzaron casi de inmediato y movilizaron a un centenar de personas. Los primeros salvatajes estuvieron a cargo de los propios alumnos.
La sentencia contra Andrés Lamuniére, de 46 años, fue dictada por los jueces Rafael De la Rosa, Héctor Albrieu y Norberto Ferrando, y entre sus argumentos considera que el guía “podría haber evitado el camino elegido debido a que era previsto que ocurra allí un accidente”. El fiscal Mario Sabas Herrera había pedido la pena máxima para el homicidio culposo, que implica cinco años de prisión efectiva y diez de inhabilitación.
En el trágico accidente, en el que además resultaron heridos otros seis estudiantes, el único imputado fue Lamuniére (h). De las familias de las víctimas, sólo dos se presentaron como querellantes en el juicio. Desde muchas otras, Lamuniére había recibido la solidaridad, al no encontrarlo responsable de un hecho considerado natural.