La Cámara de Diputados sancionó una ley por la cual a partir de ahora los envases en que se comercialicen videojuegos deberán llevar la leyenda obligatoria “la sobreexposición es perjudicial para la salud”. El proyecto del diputado de Acción por la República Guillermo Alchouron, aprobado en la sesión de ayer, también estableció la necesidad de que incluyan la clasificación “apta para todo público”, “apta para mayores de 13 años” y “apta para mayores de 17”, según corresponda.
Según establece la nueva norma, será la Secretaría de Defensa de la Competencia y del Consumidor la autoridad de aplicación, y los infractores serán sancionados con una multa no inferior a 200 veces el valor del videojuego. Además, el artículo 4 determina que “la totalidad de lo recaudado en virtud de la presente ley será destinada a campañas públicas de advertencia” sobre los efectos nocivos del uso excesivo de los videojuegos.
“La ley busca advertir y formar a los padres acerca de los peligros que conlleva la sobreexposición y el uso inadecuado de la tecnología”, expresó Alchouron. Y agregó que “en lugar de constituirse en una herramienta de educación y desarrollo, la computadora y los videojuegos están ocasionando problemas de aislamiento social, promoción de conductas agresivas, además de los trastornos de salud que indican distintos informes”.
En los fundamentos de la iniciativa, que tardó tres años en ser sancionada, el legislador describió que hay estudios que demuestran que los videojuegos pueden provocar “adicción, la falta de atención de los niños, inflamación de los tendones de sus manos (tendinitis) e interferencia en el desarrollo intelectual”. Además, los niños que pasan demasiadas horas frente a sus computadoras pueden desarrollar una tendencia a la obesidad y al aislamiento. Según datos del Sichting Epilepsie Inteligent Nederland, “existen indicios certeros de que está aumentando la epilepsia fotosensible como resultado de la proliferación de las pantallas de televisión y los videojuegos que actúan como disparadores”. Por último, Alchouron se mostró convencido de que “el Estado debe bregar por la salud y el bienestar de niños y adolescentes”.