Mirta y Jorge Viegas Méndez son los padres de Cristian, una de las víctimas de Cromañón. Ayer partieron hacia el Tigre con otros padres y familiares para participar de un escrache frente a la casa donde se encuentra alojado Omar Chabán. Cuando llegaron a la isla cambiaron de idea: bajaron de la lancha para reunirse con el empresario. La decisión provocó posiciones diversas entre los padres. Aunque quienes estaban con ellos decidieron no acompañarlos, a otros les pareció una actitud respetable para que Chabán “no quede como único victimizado”.
Los padres que lograron reunirse con Chabán viajaron 30 minutos desde el puerto de Tigre hasta Papillon, la casa donde permanece el gerenciador de Cromañón. Viajaron en una lancha de alquiler para turistas junto a seis padres de otras víctimas. En la lancha llevaban carteles con la leyenda “Que no se repita”, que pensaban pegar en el muelle y árboles de alrededor de la vivienda.
Mientras el resto se encargaba de la faena del escrache, los padres de Cristian se acercaron al ex policía Rodolfo Campisi, amigo de Chabán y compañero de sus días en el Tigre. Tras el contacto, Campisi les pidió un momento para consultarlo con Chabán. Poco después terminaron entrando a la entrevista. El abogado de Chabán, Pedro D’Attoli, confirmó más tarde el encuentro. Explicó que se había hecho “en forma espontánea” y que durante la reunión le contaron al empresario que querían formar una comisión de padres.
Fernando Soto, uno de los abogados de las víctimas, sostuvo que “no es bueno que Chabán quede como el Diablo, los demonios en todo caso son varios. El puede ser uno; pero él mismo fue un cruce de muchas variables, no la principal”.