El nuevo sistema de cobro de multas, que reemplaza a los antiguos Tribunales de Faltas porteños, logró mejorar en menos de un año el índice de cobro de las infracciones, del 19 al 29 por ciento de las actas labradas, de las cuales el 95 por ciento corresponde a faltas de tránsito. Sin embargo, como se hacen menos infracciones, y para el pago voluntario rige un importante descuento, la recaudación ha bajado respecto de 2001: la recaudación en los tres primeros meses del año indica una proyección, para 2002, de 26 millones de pesos, mucho menos que los 43 millones reunidos en 2001, que para colmo equivalían a un dólar.
Pese a todo, el cobro de multas sigue siendo una fuente de ingresos importante para las arcas porteñas: en marzo último se recaudaron 2,7 millones de pesos, un monto mayor que en los meses de enero y febrero de este año. En lo que va de 2002 se llevan recaudados 6,7 millones de pesos, de los cuales, el 83 por ciento corresponde a pago voluntario, para el cual se mantiene un descuento del 70 por ciento sobre el valor que marca la ley para cada infracción.
También ha caído en los últimos meses la cantidad de infracciones sancionadas, un poco por la menor cantidad de autos que circulan en la calle, pero también porque las dos empresas concesionarias no cobran desde hace cinco meses el canon que debe pagar el gobierno porteño (ver recuadro).
Las autoridades elaboran estrategias para que la recaudación se mantenga en estos niveles y no caiga aún más. “Estamos buscando nuevos mecanismos como el pago por internet o un nuevo plan de facilidades”, dijo a Página/12 el director general de Infracciones porteño, Lautaro Erratchu.
El pico de recaudación por multas se registró cuando expiraba el antiguo sistema de los tribunales de Faltas: en abril del año pasado se pagaron infracciones por valor de 4,6 millones de pesos, entre pagos voluntarios y sanciones impuestas por los jueces. Eran tiempos en que las empresas acribillaban a los automovilistas con fotografías sin que existieran avisos previos o planes de prevención, y los infractores se aglomeraban frente a los tribunales desbordados. El 7 de mayo de 2001, el Gobierno porteño disolvió la Justicia de Faltas para reemplazarla por una Unidad Administrativa de Control, que comenzó a funcionar el agosto. Los descuentos de hasta el 70 por ciento en las multas acumuladas –una suerte de moratoria para los infractores– hizo crecer el pago a 5,6 millones en el mes de junio.
De marzo a noviembre, el promedio de multas labradas fue de 270.000 mensuales. La actividad de los flashes cayó, en diciembre, a 165.000 multas y en febrero, a 110.000. Los números, sin embargo, revelan que con el nuevo sistema mejoró el índice de cobro de las multas sancionadas: entre enero y mayo de 2001 se sancionaron 1.123.000 multas, de las cuales se cobró apenas el 19 por ciento (214.000 actas), mientras que entre setiembre y febrero, sobre un total de 1.197.000 multas, se logró cobrar el 29 por ciento (345.900 actas). “Las cifras demuestran que con el nuevo sistema de control de infracciones la gestión es más eficiente que con la antigua Justicia de Faltas. Hay mayor porcentaje de pago porque el sistema es más transparente”, destacó Erratchu.