SOCIEDAD
“Que haya 22 procesados es un triunfo de todos”
Ayer se realizó la séptima marcha por la masacre de Cromañón.
Hubo duros cánticos, sospechas de encubrimiento y ausencias notables. Fue la primera después de la sesión legislativa.
› Por Carlos Rodríguez
A siete meses del siniestro y al día siguiente del pedido de juicio político contra el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, la marcha de familiares y sobrevivientes del desastre de Cromañón subió el tono a la hora del discurso en la Plaza de Mayo. “El Estado que asesinó a casi 200 jóvenes es el mismo que encubre a los asesinos de esta masacre”, se dijo en uno de los párrafos del texto, leído por padres de los chicos fallecidos y, por primera vez, con participación de los sobrevivientes. Desde el estrado, instalado ante la Pirámide de Mayo, se denunció la existencia de un “pacto electoral entre Ibarra y (Néstor) Kirchner para silenciar la masacre pasando todo para después de las elecciones de octubre”. Por eso reclamaron “que la causa judicial no se estanque dando lugar a maniobras que diluyan responsabilidades”. Los familiares consideran que la posible citación de 600 sobrevivientes para constatar los daños sufridos durante el incendio es un intento por frenar el avance del proceso hacia los funcionarios acusados de homicidio culposo.
Como todos los días 30 de cada mes, la marcha comenzó con una misa en la esquina de Bartolomé Mitre y Ecuador. Fue encabezada por dos banderas, una de las cuales decía: “Cárcel a Ibarra y a Chabán y todos los responsables”. El jefe de Gobierno fue eje de los cánticos y muchos de los manifestantes llevaban pancartas en las cuales Ibarra era representado como si fuera el monstruo de Frankenstein. “Anda suelto”, era la consigna. Como en todas las marchas, las pancartas fueron la expresión de repudio más contundente. Una mujer y su hijo habían escrito sobre una cartulina blanca algunos párrafos de la Oración a la Justicia de María Elena Walsh: “Señora de ojos vendados/que estás en los Tribunales/sin ver a los abogados/baja de tus pedestales/Quitate la venda y mira/cuánta mentira”.
El cántico más escuchado expresaba: “En el boliche de Cromañón/esa maldita corrupción/empresarios y políticos también/esos que cambian vida por poder”. En el discurso final, en la Plaza de Mayo, el centro siguió siendo el cuestionamiento a los políticos, tanto de la Ciudad de Buenos Aires como de la Nación. “Hacemos cargo (de lo ocurrido) a los empresarios ambiciosos y lavadores de dinero.” El párrafo se cerraba con una acusación de “complicidad” dirigida tanto a Ibarra como al presidente Kirchner.
También le dieron un lugar a la reivindicación de las marchas, escraches y acciones judiciales que los familiares vienen realizando desde diciembre del año pasado. “Que existan 22 procesados con esta Justicia es un triunfo de la movilización y la memoria de todos nosotros, el pueblo.” El texto del discurso fue leído por dos padres y por dos sobrevivientes del desastre. Llamó la atención la ausencia, en el palco, de algunos de los padres más conocidos, entre ellos el abogado José Iglesias.
“Tenemos la posibilidad, si actuamos colectivamente, de que este juicio inaugure una manera diferente de concebir la justicia. Queremos que para muchas cosas, por ejemplo para escuchar a los jóvenes, para el cuidado de las personas, para los plazos en los que la Justicia actúa, contra la impunidad en el accionar empresarial y gubernamental, haya un antes y un después de Cromañón.” Anunciaron que se impulsa la firma de un petitorio, consensuado por los familiares, para reclamar “juicio y castigo a los responsables políticos y materiales de la masacre” y para pedir “contención y asistencia” estatal para los sobrevivientes. Y aseguraron: “Todos nos sentimos sobrevivientes en la Argentina República Cromañón”.