SOCIEDAD
› EN UN PASEO ESPACIAL, LOS ASTRONAUTAS ARREGLARAN EL DISCOVERY ANTES DE REGRESAR
A reparar la nave para volver a casa
Hoy, uno de los astronautas retirará trozos de juntas desprendidos durante el despegue. Lo harán para que, al entrar la nave en la atmósfera, no se recalienten y produzcan un incendio. Quieren evitar una tragedia como la del transbordador Columbia. De todos modos, la NASA cree que no hay riesgos.
Steve Robinson retirará dos trocitos de material de las juntas, entre las losetas térmicas de la panza del Discovery, durante el paseo espacial previsto para hoy. Tendrá que trabajar en la parte baja de su propia nave, algo que no se ha hecho nunca. Los expertos temen que esas pequeñas juntas de 2,5 centímetros de largo puedan afectar la aerodinámica del transbordador durante su ingreso en la atmósfera. La tarea de Robinson parece sencilla: consistirá en extraer la tira de material de las juntas tirando con los dedos. Si no lo logra, usará una cuchilla y en última instancia cortará con una tijera. “Será una tarea delicada, pero simple”, comentó el astronauta estadounidense, que realizará el paseo espacial junto a su colega japonés Soichi Noguchi.
La tarea de reparación de Robinson será sólo una parte del paseo espacial, durante el cual los dos astronautas cumplirán las labores previstas, principalmente instalar un depósito de residuos en el exterior de la Estación Espacial Internacional. Desde el centro de control de vuelos en Houston (Texas), los astronautas han recibido instrucciones precisas para el trabajo en la panza del Discovery y han probado las herramientas que utilizarán hoy. “Los procedimientos, planes y programas de trabajo están siendo revisados y actualizados para encajar esta actividad sin precedentes”, explicó Robinson. Hará la operación, dijo, muy despacio y con mucho cuidado.
El presidente de Estados Unidos conversó ayer con las tripulaciones tanto del Discovery como de la ISS, nueve astronautas en total. “Quiero agradecerles que se arriesguen por el bien de la exploración”, les dijo Bush. “Esperamos ver la culminación con éxito de esta misión.”
Al trabajar en la panza de la nave, Robinson no estará a la vista del resto de sus compañeros. Su trabajo es delicado, porque tendrá que tener mucho cuidado para no dañar las frágiles losetas entre las que sobresale la junta, un material cerámico, aunque los responsables de la NASA consideran que es muy poco probable que esto suceda.
Este tipo de desperfectos se han observado antes en los transbordadores al regresar a Tierra y no se han considerado nunca un peligro serio, por lo que los responsables de la NASA no eran partidarios al principio de alterar el plan del paseo espacial de hoy para incluir su reparación, pero finalmente han decidido no correr riesgos. El transbordador puede reingresar en la atmósfera sin esas juntas, que Robinson retirará hoy, ya que su función es evitar que se golpeen entre sí las losetas durante el ascenso del transbordador. Pero los especialistas han considerado que al sobresalir pueden alterar la aerodinámica del vehículo y provocar un recalentamiento en alguna zona. Los ingenieros creen que las protuberancias no se deben a impactos de fragmentos de gomaespuma desprendidos del depósito principal durante el lanzamiento sino, seguramente, a una mala adhesión de la junta.
Los minúsculos desperfectos, en una zona cerca del morro de la nave, se han conocido gracias a las inspecciones y revisiones de su estado realizadas después del lanzamiento, tanto con cámaras y sensores situados en los brazos robóticos del Discovery y de la ISS, como a través de las fotografías que los dos tripulantes de la estación hicieron de la nave la semana pasada, cuando esta se aproximaba. El objetivo fundamental de esta misión del Discovery es precisamente probar las modificaciones realizadas en el transbordador desde que en febrero de 2003 se desintegrara el Columbia al reingresar en la atmósfera.
También son una novedad los equipos de reparación de aislantes que Robinson y Noguchi estuvieron probando durante su primer paseo espacial. Los transbordadores necesitan siempre un minucioso y costoso período de reparación tras cada vuelo, pero nunca se hacía nada en órbita, sino que se estudiaban después del aterrizaje los desperfectos sufridos durante el vuelo. El accidente del Columbia mostró que un desperfecto que paseinadvertido en el espacio puede ser fatal para la nave al entrar en la atmósfera terrestre y sufrir las altísimas temperaturas que se alcanzan por rozamiento con el aire.
Acerca de los desperfectos que tiene que arreglar hoy Robinson, su colega Charles Carmada comentó ayer que en el peor de los casos el recalentamiento que causarían las protuberancias expondrían a la nave a temperaturas que “causarían daños estructurales menores que requerirían una atención significativa después del vuelo”. “Sin embargo –dijo– no sería una amenaza para nosotros.” Eileen Collins, la comandante del Discovery, dijo ayer que se sentirá muy cómoda llevando la nave a casa la semana próxima. “Creo que estaremos muy seguros”, dijo.
Mientras la NASA pone en marcha esta espectacular operación, una nueva tripulación permanente de la ISS se prepara para relevar a Sergue Krikaliev y John Phillips el próximo 1 de octubre. Se trata del estadounidense William McArthur y el ruso Valery Tokarev, que viajarán en una nave rusa Soyuz. Ellos se quedarán en la estación seis meses, pero en el viaje de ida los acompañará un turista espacial, Gregory Olsen, que es la tercera persona que se costea un vuelo orbital en una nave rusa. El billete a la estación para turistas cuesta 20 millones de dólares, que los interesados gestionan a través de la empresa privada estadounidense Space Adventures. Olsen regresará tras una semana en la estación con Krikaliev y Phillips.
De El País de Madrid. Especial para Página/12.