SOCIEDAD
Descenso del 13 por ciento de la mortalidad infantil en el país
En los primeros seis meses del año murieron 700 chicos menores de un año menos que en igual período de 2004, según el Ministerio de Salud. “Es un buen síntoma”, aunque aún “hay que seguir trabajando en el problema”, dice una especialista.
› Por Carlos Rodríguez
En el primer semestre del año, la mortalidad infantil disminuyó un 13 por ciento respecto de igual período de 2004, según las cifras preliminares dadas a conocer ayer por el Ministerio de Salud de la Nación. Esto significa que en los primeros seis meses de 2005 “murieron 700 chicos menores de un año menos que en la primera mitad de 2004”, precisó a Página/12 el secretario de Programas Sanitarios del Ministerio, Héctor Daniel Conti. El funcionario consideró que la tendencia descendente que comenzó en 2003, luego del pico de crecimiento que se había producido en 2002, como producto de la crisis por la caída del gobierno de Fernando de la Rúa, se afianzará hacia fines de año. Según Conti, todo es producto de la aplicación del Plan Federal de Salud, que se había trazado como meta llegar, en el 2007, a una disminución de la mortalidad del 25 por ciento, respecto de las cifras de 2002. “Si todo sigue así, ese objetivo se va a lograr al finalizar este año”, aseguró Conti. Esto significaría bajar la tasa de mortalidad infantil del 16,8 por mil de 2002 al 12,6 por mil.
Ayer, al dar a conocer las cifras preliminares, el ministerio sólo pudo precisar que entre enero y junio de 2005 murieron 4632 niños y niñas en todo el país, un 13 por ciento menos si se compara con los 5333 casos que se habían registrado en 2004. La médica pediatra y sanitarista Marilú Ageitos, consultada por este diario, consideró que el anuncio oficial sobre la baja de la mortalidad infantil “es un buen síntoma”, pero igual señaló que “hay que seguir trabajando porque combatir este problema, del mismo modo que mejorar la educación o la salud en general, es una deuda que tenemos todos; la mortalidad infantil en la Argentina todavía es más alta que en Chile, Costa Rica o Cuba, cuando nosotros tenemos todos los recursos para hacer bajar la tasa”.
La tasa correspondiente a 2005 recién se podrá determinar en los primeros meses de 2006, una vez que se tenga el registro de todos los nacimientos. “Ahora podemos confirmar los números absolutos en materia de muertes, pero la tasa no podemos estimarla porque nos falta el número de nacimientos, dado que los padres tienen un plazo de tres meses para notificarlos”, explicó Conti. El funcionario sostuvo que “los datos más significativos se registraron en algunas provincias del NEA y del NOA, como Corrientes, Formosa, Misiones, Salta y Catamarca, donde las muertes bajaron en porcentajes que van del 20 al 30 por ciento”. En esos estados provinciales se registran “los índices más altos de mortalidad infantil, porque en esos lugares se registran los mayores niveles de inequidad socio-sanitarias”.
El ministro de Salud, Ginés González García, dijo que los índices bajaron por la aplicación del Plan Federal. “Nos pusimos de acuerdo con todas las provincias, sin importar el partido político”, aseguró el ministro. González García opinó que “la atención primaria está funcionando bien” y que se está trabajando “en los hospitales y fuera de ellos”, aunque admitió algunas deficiencias: “Lo mejor sería que todo el mundo tuviera agua corriente y potable, pero la pobreza existe en todas las provincias y no hay que olvidarse del conurbano”.
La sanitarista Marilú Ageitos, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría, dijo a título personal que “luego de una larga pelea, se ha conseguido que el tema de la mortalidad infantil esté incorporado al debate público, lo que es un paso positivo porque nadie puede ignorar el problema”. Insistió en la necesidad de “tomar conciencia de que todos tenemos que cuidar a la madre, desde atenderla primero en el hospital, hasta promover la lactancia, porque la lactancia contribuye en forma contundente a la protección del niño, como demostraron los trabajos realizados por antropólogos en todo el mundo”. También es fundamental que cuando “los pobres vayan a un hospital, le den el antibiótico que necesitan en lugar de una receta y que a la madre anémica que concurra le den hierro; eso está mejorando y es bueno que eso ocurra”.