SOCIEDAD
› EL CRIMEN DE LA PANAMERICANA
Un servicio confirmado
Por R. K.
Como era de prever, la pertenencia de Edgardo Petrocchi a la SIDE durante varios años motivó ayer cierta controversia. Tal como adelantó Página/12, altísimas fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense confirmaron ese dato. Fue precisamente ése uno de los motivos para recluirlo en la comisaría de El Palomar, lugar reservado para integrantes de las fuerzas de seguridad, armadas o de inteligencia. Petrocchi está acusado de haber matado a Pablo Piccioli tras una discusión de tránsito en la Panamericana.
El miércoles, el abogado de Petrocchi, Mariano Charadía, le había hecho saber a este diario que su cliente no era de la SIDE. El vocero de las fiscalías de San Martín, Hernán Suazo, también se manifestó en igual sentido, y la propia SIDE negó que Petrocchi hubiera revistado en sus filas. Ayer, la Marina difundió un comunicado en el que sostiene que el homicida no tuvo nunca relación con esa fuerza ni con su servicio de inteligencia, aunque algunos de los directivos clave de la empresa en que trabaja, Watchman, sí provienen de la fuerza naval.
Tanta desmentida tiene su lógica, ya que es incluso ilegal que la SIDE o un servicio de inteligencia confirmen que un hombre integra sus filas. Como explicó ayer Página/12, todo agente de la SIDE revista en la central de espías con un nombre ficticio, que es utilizado incluso para cobrar el sueldo. Además tiene prohibido sacar tarjetas de crédito o cuentas bancarias a su nombre real durante todos los años en que revista en la fuerza de inteligencia.
Más allá de que existen datos concretos sobre la pertenencia de Petrocchi a la SIDE, su propia manifestación –confirmada a este diario por funcionarios bonaerenses– resulta definitoria. Además, todos los testigos coinciden en que se manejó con “profesionalidad, frío, tenía evidente experiencia en el uso de armas, escapó con habilidad y en esa huida nunca perdió la calma”. Antes de Watchman, según las fuentes judiciales, Petrocchi revistó en Juncadella.