Lo llevaban desde una comisaría de San Martín hasta los tribunales porteños: el joven de 21 años tenía que declarar en una causa por homicidio, pero nunca llegó a verle la cara al juez. Según explicaron los policías bonaerenses que lo trasladaban, de una patada rompió el vidrio del patrullero cuando se desplazaba por la autopista Illia, a la altura de la Villa 31, y se escapó corriendo, como Forrest Gump. Hasta anoche, la policía no lo había podido ubicar.
Fuentes policiales aseguraron que el detenido tenía las esposas puestas cuando lo trasladaban. Se trata de un joven al que la Justicia conoce por dos identidades: Héctor Gómez y Abel David González. Además de estar acusado por asesinato, tiene otra causa en la Justicia bonaerense ya que hace poco más de un mes lo detuvieron en el partido de Tres de Febrero con un arsenal en su poder, dijeron fuentes judiciales.
Algunas de las armas que le encontraron habían sido robadas a efectivos de la Policía Federal en diferentes asaltos a bancos, según se informó. Sobre la fuga, voceros policiales precisaron que el joven quedó unos instantes en medio de la autopista. Luego se dirigió a un tanque de agua que da a ese camino y por medio de su escalera bajó hasta las vías del ferrocarril San Martín que pasan por abajo de la autopista Illia. Una vez allí, no tuvo problemas para ingresar a la Villa 31.