La cifra global de muertos por el sismo del pasado 8 de octubre en Pakistán llegó a 53.000, luego de que las autoridades paquistaníes confirmaran ayer que en la zona de Cachemira que controlan las víctimas mortales fueron 40.000. El número previo era de 39.422 muertos y 65.038 heridos en ese país. “Hay ciudades en las que todavía no se retiraron los escombros y el balance podría llegar hasta 70.000 u 80.000 muertos. Es la peor tragedia de nuestra historia”, sostuvo el primer ministro de Pakistán, Sikandar Hayat Khan. Además, las lluvias y las tormentas dificultaron las operaciones de socorro en Cachemira, ya que entorpecieron la entrega de la ayuda y agravaron la situación de decenas de miles de personas que perdieron sus casas. “Es una pesadilla logística”, consideró Alain Pasche, el coordinador de la ayuda humanitaria de urgencia de Naciones Unidas en Muzaffarabad, la capital pakistaní, quien agregó que “la situación es catastrófica para las aldeas de montaña”. La nota positiva la puso ayer el rescate de una niña con discapacidad y afectada por la polio, que logró sobrevivir sin moverse durante ocho días en la zona montañosa cercana a Balakot, después de que murieran sus padres.