Los ministros de Salud de 31 países –incluido el titular de la cartera nacional, Ginés González García– y representantes de organizaciones internacionales se reunirán hoy y mañana en Canadá para analizar posibles formas de colaboración internacional contra una eventual pandemia de gripe aviaria. Mientras tanto, se supo que un loro muerto infectado con la enfermedad que había llegado al Reino Unido era portador del patógeno virus H5N1. Con esa luz de alarma, las autoridades inglesas solicitaron a la Comisión Europea la prohibición del ingreso al continente de cualquier ave salvaje.
“Tenemos que estar preparados”, afirmó el doctor David Butler-Jones, responsable de salud pública del Ministerio de Sanidad canadiense, anfitrión del encuentro. El mayor riesgo es que el virus H5N1 de la gripe aviaria, que hasta el momento sólo fue detectado en aves en Asia y Europa, mute de modo de poder afectar a los humanos. Así, la mutación podría causar una pandemia similar a la sufrida en 1918, cuando una cepa del virus de la gripe mató a unos 50 millones de personas en todo el mundo.
Butler-Jones señaló que “en realidad no sabemos si un virus mutado resultará de este virus en particular, de un virus animal o de un virus humano. Esto no cambia la necesidad de nuestra planificación anticipada y la preparación necesaria para minimizar el impacto”.
Uno de los puntos más importantes que se discutirán en la reunión en Ottawa es la petición mexicana para que los países desarrollados reserven un 10 por ciento de sus medicamentos antivirales para ponerlo a disposición de las naciones en desarrollo. El pedido fue hecho por el ministro mexicano de Sanidad, Julio Frenck, quien expresó que “lo respaldo de todo corazón y lo fomentaremos”. Aunque hay dudas acerca de la recepción que la petición pueda tener entre los países desarrollados.
Ante el arribo al Reino Unido de un loro infectado con el virus H5N1, las autoridades inglesas solicitaron a la Comisión Europea que prohibiera la importación de aves silvestres. Más tarde, los análisis realizados sobre el animal muerto demostraron que se trataba de la variante H5N1, altamente patógena.
Ahora, los científicos investigan cómo pudo contagiarse el animal, que llegó el 16 de septiembre procedente de Surinam, en América del Sur, en una remesa con otros loros y aves silvestres procedentes de Taiwan. Lo llamativo es que ni en Surinam ni en Taiwan se detectaron por el momento casos de gripe aviaria.
Según aseguró el portavoz de la Comisión, Stefan de Rynck, la medida solicitada por Inglaterra está siendo considerada y se “adoptará una posición muy pronto”, tras consultar con los expertos del Comité veterinario. Hasta ahora, la CE prohibió las importaciones de pájaros y plumas de los países donde se confirmó la presencia del virus, como Rumania, Tailandia, Rusia y Turquía, pero se resistía a imponer una prohibición generalizada al comercio de especies salvajes por temor a un aumento del tráfico ilegal de aves, que escapa a cualquier control sanitario.
La ministra británica de Sanidad, Patricia Hewitt, reconoció que una pandemia de gripe aviaria en el Reino Unido “es inevitable” y la única cuestión es “cuándo llegará”. Consciente de ese panorama, el gobierno británico encargó 14,5 millones de antivirales como medida de prevención, y el propio Consejo médico investiga una posible vacuna de ADN que podría desarrollarse mucho más rápido que una vacuna convencional, que tardaría de cuatro a seis meses, informó la ministra.
Por otra parte, los ministros de Agricultura de la Unión Europea estudiarán la evolución de la gripe aviaria durante una reunión que se desarrollará hoy y mañana en Luxemburgo. Allí estarán bajo análisis el primer caso de la enfermedad encontrado en el Reino Unido, la aparición de doce cisnes muertos en Croacia y un pato silvestre afectado por la gripe en Suecia.