Jue 10.11.2005

SOCIEDAD

Un policía acusado de homicidio que ahora acusa a sus superiores

Matías Tarditi, acusado de matar a un joven en un control policial en Palermo, se declaró inocente y dijo que su primera versión de los hechos fue armada por el comisario de la 31ª.

El acusado del asesinato de Lisandro Barrau, el ex federal Matías Tarditi, intentó sacudir los vectores del juicio que lo tiene en el banquillo de la perpetua declarándose totalmente inocente y asegurando que antes se había autoincriminado, porque sus superiores así se lo habían ordenado. “Mirá, pibe, la cosa fue así y así”, dijo que le habían ordenado declarar. Tarditi aseguró que no fue él quien disparó y negó haber dicho en aquel momento “jefe, me cagué la vida”. En síntesis, Tarditi negó todas las acusaciones, pero no pudo responder cuando los jueces le preguntaron por qué había dejado pasar más de un año para revelarlo.
Durante la mañana de ayer, Tarditi pidió ampliar su declaración a los jueces del Tribunal 28. Cuando pasó al banquillo, sus declaraciones provocaron sorpresa. “Vos tenés que declarar así, pibe”, dijo que le dijeron el comisario Carlos Massimini y el subcomisario Walter Paradela, jefes de la seccional 31ª, donde trabajaba. Tarditi sostuvo que después de que ocurrió el hecho, el sargento primero Rubén Lemos, jefe del operativo de seguridad en los restaurantes de la zona esa noche, le quitó el arma.
En ese momento, según había declarado el propio Lemos ante los jueces Carlos Chediek, Roberto Grispo y Carlos Rengel Mirat, el acusado le confesó: “Jefe, me cagué la vida, se me escapó un tiro”. Ayer, Tarditi negó haber dicho nada. “No hice ningún tipo de comentario –dijo– y mucho menos que se me haya escapado un tiro”, sostuvo el ex federal, tras agregar que esa noche su arma “no fue accionada”.
Según Tarditi, Massimini y Paradela “armaron” la declaración que tenía que realizar porque “era lo más conveniente para todos”. Reconoció además que la pistola reglamentaria –una Bersa 9 milímetros– tenía capacidad para 17 balas. Pero en una foto del arma y las municiones secuestradas, que aparece en el expediente, aparece un proyectil menos del número indicado por el acusado. Tarditi agregó que había decidido decir la verdad después de enterarse del resultado de la autopsia. Lo que no supo explicar fue por qué postergó durante un año la revelación.
Un día antes, el sargento Lemos y el agente David Lavazza, que acompañaba a Tarditi esa noche, le quitaron en sus declaraciones el paraguas protector. Lemos recordó el comentario del acusado mencionando que se le había escapado un tiro y Lavazza aseguró que él no había desenfundado su arma porque la situación no lo ameritaba. Al parecer, esas declaraciones modificaron la estrategia defensista, ya que ayer Tarditi pidió declarar por primera vez en el juicio. Aunque todo indica que no fue convincente.
En su primera exposición ante el juez de instrucción Ricardo Warley, Tarditi había dicho que quedó “enganchado” con los jóvenes de la moto y que en ese momento se le había disparado el arma. Ayer sostuvo otra cosa: “La moto venía a una velocidad considerable y lo golpea a (David) Lavazza y escucho un estampido cuando lo choca”.
También admitió haber pedido disculpas a la familia de la víctima, pero aclaró que ese pedido no lo hacía autor de homicidio sino que se trató de una cuestión humana.
Ayer, declararon otros tres testigos. Uno de ellos, Juan Manuel Sánchez, encargado de la parrilla que esa noche era custodiada por Tarditi. También lo hicieron dos vecinos. Los tres coincidieron en que Marcelo Tedesco, que viajaba con Barrau en la moto, le gritaba a un policía: “¿Qué hiciste, estás loco?”. Por otro lado, el próximo martes se realizará la reconstrucción del hecho a pedido de la defensa.

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