En 2003, la Argentina suscribió el Convenio Marco para el Control del Tabaco, al igual que otros 190 países. Sin embargo, el Senado nunca lo ratificó y mañana vence el plazo para que este paso se concrete. El subsecretario de Programas de Prevención y Promoción del Ministerio de Salud, Andrés Leibovich, llamó a los senadores a “marcar el rumbo” y ratificar el convenio. Advirtió que –de lo contrario– el país no podrá tener voto en la primera conferencia de las partes que se realizará en febrero, a fin de definir los detalles de la implementación del CMCT. Los senadores que se oponen afirman que es “imposible de sustituir” el cultivo del tabaco por otro que emplee una similar cantidad de mano de obra.
El CMCT ingresó al Senado luego de que fuera suscripto por la Argentina en 2003, pero ahora debe ratificarlo. “Y ahí está. No sólo no avanzó, sino que de alguna manera ya hay cinco o seis legisladores de provincias del Norte que ya han dicho que no lo van a impulsar”, explicó Leibovich a Página/12. Aun en el caso de que los senadores lo aprobaran a toda marcha, el convenio también debería obtener el visto bueno de los diputados. Caso contrario, el país no tendrá derecho a voto en la primera conferencia de las partes que se realizará en febrero en Ginebra. Allí, las naciones que ratificaron el convenio “se sentarán en una mesa para tomar decisiones sobre apoyo técnico y subsidios para la reconversión de tierras en las que hoy se cultiva tabaco, entre otros temas”, explicó el funcionario, quien opinó que “si hay voluntad política”, aún hay tiempo: “Brasil lo hizo en tres días”, argumentó.
“Si India, China y Brasil, que son importantes productores de tabaco, lo han ratificado, será porque hicieron una evaluación a fondo –sostuvo Leivobich–. Aquí es como si no se hubiera leído ni interpretado, porque en ninguno de los 38 artículos del convenio se dice que se va a pasar un arado por los cultivos de tabaco”, manifestó.
Marcelo López Arias es senador por Salta y vicepresidente del Senado. Y asegura que la mano de obra que genera el cultivo del tabaco “es imposible de sustituir. Cualquier otra actividad agrícola no emplea ni siquiera a la décima parte” de trabajadores. El senador agregó que el cultivo se inicia sembrando “planta por planta. Después se hacen almácigos y se trasplantan uno a uno. También está el riego. Además, se cuida hoja por hoja y se clasifica. Por lo tanto, la reconversión de tierras no es una solución. Sólo se podría reemplazar este cultivo con actividad industrial”, aseguró.
Si bien admitió que el convenio “no dice expresamente que vaya contra la producción de tabaco”, el senador se mostró preocupado porque “se puede interpretar que podría ser utilizado como instrumento en contra de la producción tabacalera”. En este sentido, López Arias dijo que “el problema es que en el sistema institucional argentino los tratados tienen valor supralegal. Y el temor que existe entre los productores es que sea una derogación tácita del Fondo Especial del Tabaco (FET)”.