Las cirugías para bajar de peso –como la que logró vencer la obesidad de Diego Maradona– no están contempladas por el Plan Médico Obligatorio, y aunque algunas empresas de medicina prepaga dicen que cubren ese tratamiento, suelen poner tantas trabas que su cumplimiento se hace casi imposible. Fue lo que le ocurrió a Ricardo Tondo, un paciente que llegó a pesar 150 kilos y que logró, después de trámites y discusiones, que le reconocieran no sólo la cirugía bariátrica sino las operaciones reparadoras.
El caso de Tondo puede resultar emblemático, ya que consiguió que la empresa Osde le reconociera la cirugía de “banding gástrico” o anillo gástrico, que le permitió bajar 50 kilos en sólo cuatro meses. Esta intervención se realizó en enero último y en abril, el paciente ya presentaba excesos de piel –sobrantes de su antiguo cuerpo–, por lo que comenzó a gestionar la cirugía reparadora. Ahora, el paciente pesa alrededor de 70 kilos.
“La prepaga no quería reconocer la cirugía reparadora porque sostenía que se trataba de una estética. Yo insistí en que se trata de una cirugía reparadora, equiparable a la que se realiza a una persona quemada, ya que el paciente no puede vivir con ese exceso de piel que es secuela de la primera operación”, explicó Tondo a Página/12.
El caso de Tondo fue divulgado por la agencia Télam, y aunque no está acreditado que se trate del primer caso en que una prepaga reconoce este tipo de intervenciones, éste puede ser un episodio paradigmático: las empresas de medicina no reconocen este tipo de intervenciones simplemente porque no están incluidas en el PMO, la grilla de prestaciones básicas en materia de salud que deben cumplir obras sociales y prepagas.
El paciente insistió ante Osde ya que no podía afrontar el costo de las intervenciones, que estimó en “de 25 a 30 mil pesos para la cirugía bariátrica y entre 50 y 100 mil pesos para la reparadora, según las intervenciones que sean necesarias”. En el caso de Tondo, debe realizarse ocho intervenciones en distintas partes del cuerpo: brazos, piernas, abdomen y pectorales, entre otras.
“Si no tenés dinero para costearte las intervenciones y tratamientos, tenés que dar la pelea, por lo menos hasta que se sancione la ley que reconoce la obesidad como una enfermedad y que la incluya en el Plan Médico Obligatorio.”
Ese proyecto “está muy bien guardado en un cajón en la Cámara de Senadores”, afirmó el especialista Alberto Cormillot, aunque aclaró que el Ministerio de Salud ha avanzado mucho en este sentido. En la ciudad de Buenos Aires, al menos dos hospitales se ocupan de estas terapias: el Argerich y el Vélez Sarsfield.