El avión Cessna 182 que se extravió el miércoles pasado con cuatro ocupantes, a unos 70 kilómetros de San Fernando del Valle de Catamarca, fue encontrado ayer, estrellado contra un cerro, y patrullas de Gendarmería Nacional, Defensa Civil, Policía, Fuerza Aérea y Bomberos partieron hacia el lugar, adonde llegarán hoy a lomo de mula, para saber si hubo sobrevivientes. La avioneta se extravió en la zona del valle Central de Catamarca. Según las patrullas que lo avistaron, la “aeronave está muy destruida”, a unos 3000 metros de altura.
El juez federal de Catamarca Pedro Armando Navarro, a cargo de la investigación, dijo que por ahora “es imposible precisar si hay sobrevivientes, por lo inaccesible del lugar”, y aclaró que “esto lo confirmará la patrulla terrestre” que llegará al lugar recién hoy, pues se traslada caminando y a lomo de mula. Dijo que la zona es casi impenetrable hasta para los mismos helicópteros.
“El avión impactó en la ladera del Cerro Toro –precisó el juez–, en las estribaciones del Cerro Ambato”, en dirección a la localidad de San Pedro, departamento Capayán, a 50 kilómetros de la capital catamarqueña, un lugar casi inaccesible por ser zona boscosa, de alta montaña y muy escarpada.
La patrulla está integrada por 30 personas, entre médicos, andinistas, personal de Gendarmería y de la policía, quienes caminaron durante toda la tarde de ayer, pernoctaron en la zona y hoy podrán arribar al lugar donde está la aeronave destruida.
El capitán Juan Duval, de la Junta de Investigaciones Aéreas, dijo que por las primeras apreciaciones, “parecería que el avión iba en esa dirección, que trataba de regresar quizás por la lluvia y la abundante nubosidad, para volver al Aeropuerto Felipe Varela”.
El avión estaba comandado por Juan Vargas (33), y entre los pasajeros estaban el ingeniero Pedro Rojas (54), y los empresarios Juan Bedel y Alain David, de la Sociedad Lechera Eurial, de Nantes, Francia, quienes “pretendían realizar inversiones en el área agroganadera de la provincia”, dijo el juez.