La falta de agua en el norte del país sigue avanzando como una lengua de calor sahariana, pero no por problemas estrictamente climáticos sino por desperfectos en el servicio de provisión de agua potable. El problema afecta desde hace una semana a distintas localidades del interior salteño, pero ahora se extendió hacia la zona fronteriza con Bolivia. La sequedad se torna más desesperante debido a las altas temperaturas que tienen lugar desde hace varios días.
Las localidades que ya se encontraban en una situación angustiante por la falta de agua desde hace una semana son Tartagal, General Mosconi, Aguaray y Campamento Vespucio. Pero ahora se les agregó la ciudad de Salvador Mazza, en el extremo norte del país, a pocos kilómetros de la frontera con Bolivia.
La falta de agua en la región se produjo por desperfectos y roturas, ocasionados el lunes pasado en el acueducto Itiyuro-Tartagal. Más tarde, se agregó otra rotura en un caño maestro, a seis kilómetros de donde se había producido la avería del Itiyuro-Tartagal.
Juan Alberto Bazán, jefe de operaciones de la empresa Aguas de Salta, concesionaria del servicio de agua domiciliaria, declaró sin demasiadas seguridades que “estimamos que son dos los caños dañados y el problema por cierto es grave aunque esperemos que no tenga tanta dimensión”.
Bazán agregó que “lo concreto es que nuevamente estamos mano a la obra, con la esperanza de solucionar de una vez por todas este problema”. De todos modos, los pobladores de las cinco localidades salteñas afectadas se encuentran en grave situación y, de acuerdo con las declaraciones de la empresa, las expectativas por solucionar el problema parecen tan escasas como el agua.