La violación de una joven de 18 años, en la estación Núñez del ferrocarril Mitre, desencadenó una movilización vecinal ante la comisaría de la zona. Ese barrio registra una proporción elevada de esta clase de delitos, y desde hace un par de años –después del crimen de Lucila Yaconis, que se resistió a ser violada– se había constituido la agrupación Vecinos en Alerta, que venía reclamando –infructuosamente, según sus integrantes– medidas centradas en una mayor presencia policial y mejoras en la iluminación y urbanización general de la zona, donde abundan los descampados próximos a las vías de trenes. En el mismo sentido venía pronunciándose el fiscal de la zona. Tras la movilización de vecinos, un representante de la Policía Federal prometió agregar por lo menos 40 efectivos a la dotación del barrio y el gobierno porteño prometió convenir con la empresa de trenes TBA mejoras en la iluminación. La chica violada esperaba en el andén, a las 22.30 del domingo, cuando su agresor la amenazó y la llevó a un lugar junto a las vías; después, escapó. En la misma noche se produjo un caso de abuso sexual cerca de la estación Rivadavia, en Saavedra, y el sospechoso está detenido.
“Los vecinos tienen razón en hacer estas manifestaciones”, afirmó el fiscal Marcelo Martínez Burgos, quien investiga varios casos de violaciones y abusos sexuales en Núñez y Saavedra. En la zona, la cantidad de estos delitos supera a la registrada en otros barrios, y en la fiscalía existe el mayor registro de ADN de violadores. Una razón de estos hechos, según fuentes judiciales, es que el barrio está atravesado por varias líneas de trenes, donde hay descampados que aprovechan quienes cometen los delitos; éstos, además, pueden aprovechar las vías para escaparse.
Desde 2003, Martínez Burgos insiste en la necesidad de que se pongan luces en toda la línea que corre junto a las vías, en que se corte el pasto, en que se poden o retiren árboles y en que se incremente la cantidad de efectivos policiales en estaciones y alrededores. El fiscal también solicitó un mayor control sobre el denominado Tren Blanco, que traslada a cartoneros; pidió que el abono para este tren sea nominal, de modo que sólo quienes viven del cartoneo puedan viajar, a fin de proteger al barrio y a los pasajeros de este tren, en el cual se habrían registrado violaciones.
En la movilización de ayer estuvo presente Isabel Yaconis, madre de Lucila Yaconis, quien fue asesinada el 21 de abril de 2003, a los 16 años, cuando se resistió a ser violada, a pocos metros del lugar donde tuvo lugar el hecho del domingo. “Cuando aparecemos en los medios, se aumenta la vigilancia policial, pero a los pocos días, cuando se apagaron las cámaras, desaparecen”, denunció Isabel y precisó que “los Vecinos en Alerta de Núñez se reunieron con el Gobierno de la Ciudad, con TBA, con la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (a cargo de fiscalizar a TBA), con la Fiscalía Barrial y con la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, sin resultados”.
En la tarde de ayer, los vecinos cortaron primero las vías en el cruce con la calle Crisólogo Larralde, y luego se dirigieron a la comisaría 35ª, en Cuba al 3100. Allí, integrantes de Vecinos en Alerta fueron recibidos por el comisario Carlos Virgili, quien pasadas las 21 salió a anunciar que “desde el viernes, cuando egresa una nueva promoción de suboficiales, 40 o 50 hombres más serán asignados a esta comisaría en forma definitiva”; además, ya desde hoy, “se reasignará personal y patrulleros de otras dependencias”; también prometió “un trabajo conjunto con la Superintendencia de Seguridad Ferroviaria”.
El gobierno porteño anunció por su parte “un refuerzo de Guardia Urbana en la zona aledaña a la estación y vías, con recorridas a pie en horario diurno y de móviles en horario nocturno”; y prometió “convenir con TBA una potenciación de iluminación, ofreciendo la colaboración del Gobierno de la Ciudad en sectores que son responsabilidad de la empresa concesionaria del servicio de trenes”. Hoy Jorge Telerman, vicejefe de Gobierno a cargo del Ejecutivo, se reunirá con el fiscal Martínez Burgos. Telerman, además, reclamó al Estado nacional la cesión del predio donde se cometió la violación para construir una plaza. El barrio ya estaba alterado por el crimen de una mujer de 56 años y la violación de su hija de 13, el 3 de diciembre, hecho por el cual se halla imputado un vecino. La protesta de ayer se desencadenó a partir del domingo a las 22.30, cuando una joven, que había ido a estudiar a la casa de una amiga en Núñez, esperaba junto a ella el tren que la trasladaría a su casa en Martínez. Un joven de unos 18 años –según lo describiría después la víctima– se acercó a mendigar y le dieron unas monedas. Poco después la amiga se retiró y el hombre reapareció para amenazar a la chica, de 19 años, y obligarla a ir con él por el borde de las vías. En un sector oscuro y de pastos altos, la violó; después le robó la cartera y escapó hacia la estación. La joven pudo caminar hasta un kiosco en Crisólogo Larralde y Grecia, desde donde llamó por teléfono al padre; eran las 23.30 cuando el papá llegó. La kiosquera describiría después, a ambos, como “en estado de shock”. La chica fue atendida en el Hospital Pirovano.
Anoche se conoció también otro delito sexual acontecido en la noche del domingo. Fue en la estación Rivadavia, a 12 cuadras de la estación Núñez. Allí, según la policía ferroviaria, fue detenido un ciudadano coreano de 62 años, que, alrededor de las 23, había intentado abusar de una niña de 13, a quien le estaba quitando la ropa cuando fue detenido. La chica es una hija de cartoneros que estaban trabajando en la zona.