Jue 15.12.2005

SOCIEDAD  › EN OCHO MESES, CLAUSURARON EL 20% DE LOS QUE FUERON CONTROLADOS

La lupa sobre los hoteles porteños

Algunos funcionaban en forma clandestina; otros tenían graves fallas de seguridad; muchos no recibieron inspectores en los últimos ocho años. El control de hoteles figura en la agenda de prioridades del gobierno porteño: clausuraron 201 de los 1076 inspeccionados.

› Por Eduardo Videla

En ocho meses, el 20 por ciento de los hoteles inspeccionados en la ciudad de Buenos Aires fueron clausurados por fallas en las condiciones de seguridad o porque directamente no estaban habilitados. En ese mismo lapso, el gobierno porteño inspeccionó al 80 por ciento de esos establecimientos y en la gran mayoría detectó falencias por las que se aplicaron distintos tipos se sanciones. Los controles –que se volvieron más rigurosos después de la tragedia de Cromañón– obedecen a que los hoteles fueron considerados, junto con estaciones de servicio, shoppings, clubes, teatros, escuelas privadas y locales nocturnos, entre los establecimientos de mayor riesgo potencial para la seguridad de la población.
En la ciudad funcionan 1320 hoteles, de los cuales, entre marzo y noviembre, fueron inspeccionados 1076, es decir, el 81,5 por ciento. De acuerdo con ese relevamiento, la gran mayoría presentaba distinto tipo de infracciones e irregularidades, por lo que fueron intimados para realizar las mejoras necesarias y tuvieron que ser inspeccionados nuevamente.
Por ese motivo, sobre los 1076 hoteles se realizaron 2155 inspecciones –a razón de dos por cada hotel, en promedio– y se labraron 4260 actas de infracción, casi cuatro por cada establecimiento. Esas infracciones fueron giradas a la Unidad de Contralor de Faltas, que es el organismo encargado de aplicar las sanciones que corresponden. De los hoteles controlados, 201 fueron clausurados en forma preventiva.
De acuerdo con un informe al que tuvo acceso Página/12, las principales faltas detectadas por los inspectores fueron:
–Falta de habilitación, de planos o de libro de registro de inspecciones.
–Falta de libro de pasajeros.
–Existencia de mayor cantidad de habitaciones que las habilitadas.
–Circuitos eléctricos expuestos.
–Falta de encargado permanente.
–Insuficientes condiciones contra incendios: falta de matafuegos, matafuegos con carga vencida o falta de tratamientos ignífugos.
–Falta de luces de emergencia.
–Falta de certificados de desinfección o de desinsectización.
–Falta de limpieza de tanques de agua.
Los hoteles porteños fueron incluidos dentro de la matriz de riesgo elaborada por la Secretaría de Seguridad, que incluye a los establecimientos y las actividades que, por sus características, generan “mayor riesgo potencial sobre la integridad física y la salud de la población”.
Esa matriz de riesgo incluye, además de los hoteles, geriátricos, sho- ppings, clubes, estaciones de servicio, escuelas privadas, fábricas y lugares para actividades nocturnas, como los bares, restaurantes discotecas y pubs.
En función de esa matriz –elaborada después de la crisis generada por la tragedia de Cromañón–, la Dirección de Fiscalización y Control creó áreas especiales para controlar estos espacios. “Nos propusimos, en un año, inspeccionar todos los establecimientos críticos –dijo a este diario el secretario de Seguridad, Diego Gorgal–. Comenzamos en marzo y en ocho meses se inspeccionó más del 80 por ciento de los hoteles. Algunos habían recibido su última inspección hace 8 años.”
Con el objetivo de regularizar la actividad, se planificó una rutina de inspecciones basada “en criterios objetivos y no en la discrecionalidad de los inspectores: tuvieron prioridad los que llevaban mayor cantidad de tiempo sin recibir una inspección, los que tenían mayor cantidad de camas habilitadas y los de mayor superficie”, explicó Gorgal.
Las clausuras incluyeron a hoteles familiares y pensiones, pero también a establecimientos de categoría, como el Hotel Faena, de Puerto Madero, que funcionaba sin tener la habilitación de las autoridades porteñas. Es que adiferencia de otro tipo de comercios, que pueden comenzar a funcionar apenas se inicia el trámite de habilitación, los hoteles sólo pueden recibir pasajeros cuando el permiso oficial está otorgado.
–El hecho de que funciones hoteles sin habilitación o de que otros pasen 8 años sin una inspección, ¿puede hace sospechar que hubo connivencia entre inspectores y propietarios? –preguntó Página/12.
–La discrecionalidad en los controles podía permitir todo. Ahora, los equipos de inspectores no tienen zonas fijas, rotan, y además su trabajo es verificado por una Unidad de Control de Gestión. Así hay menos posibilidades de que haya connivencia.
Según Gorgal, en dos meses habrá sido inspeccionada la totalidad de los hoteles de la ciudad. Entre las áreas prioritarias, la Secretaría ya controló la totalidad de las estaciones de servicio y los colegios privados de la ciudad. En un mes, aseguran, habrán tenido su inspección anual todos los sanatorios y los centros de esparcimiento masivo.

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