SOCIEDAD › 20 HERIDOS LEVES Y DOS MANZANAS EVACUADAS POR ESCAPE DE AMONIACO
Una explosión habría originado el derrumbe del edificio donde funcionaba la fábrica. Había 15 operarios que sufrieron politraumatismos y trastornos respiratorios. La planta estaba habilitada, pero hace casi dos años fue clausurada por un escape de amoníaco.
Poco después de las ocho y media de la mañana, los vecinos de la calle Metán, en el barrio porteño de Boedo, se despertaron con un estruendo. La fábrica de hielo ubicada en esa calle al 4100 se desplomó como un castillo de arena. Al ceder la pared frontal, los tres pisos se derrumbaron y los escombros cayeron sobre la calle, y sobre dos construcciones cercanas a la fábrica de hielo: un frigorífico que forma parte de la empresa y una fábrica de zapatillas. El hecho provocó una fuerte fuga de amoníaco debido a los más de 100 tanques con unos 270 kilos cada uno con ese químico, que había en el segundo y en el tercer piso de la fábrica y a que los escombros rompieron caños por los que circulaba el amoníaco, un gas utilizado para la refrigeración. A raíz de ello fueron evacuadas dos manzanas a la redonda, se le pidió a la gente que se alejara de la zona para evitar intoxicaciones. Bomberos, equipos de Defensa Civil, de la Dirección de Emergencias del gobierno porteño, de la Guardia Urbana y ambulancias del SAME llegaron al lugar y atendieron a los afectados. Al momento del derrumbe había unos 15 empleados y todos lograron salir, aunque varios fueron asistidos por la irritación que provoca el amoníaco en los ojos y en las vías respiratorias. Defensa Civil informó que fueron 20 las personas atendidas, entre vecinos y obreros, y que 13 fueron derivadas al Hospital Penna, al Fernández y al Instituto de Ojos Santa Lucía, con politraumatismos y afecciones en las vías respiratorias. Aún no están muy claras las causas de lo ocurrido pero se cree que se originó por la explosión de una de las serpentinas.
“De golpe escuché un ruido y salí enseguida a la calle”, relató una vecina que vive frente a la fábrica “Metán SA Industrias de la Refrigeración y del Hielo”. “Cuando vi que salían todos los que estaban trabajando les di botellas de agua, pero cuando llegó el SAME y la Guardia Urbana me dijeron que me vaya de mi casa”, explicó ofuscada, a las cuatro de la tarde, porque desde la mañana que no podía volver a su casa por falta de luz y de gas. “Apenas si puedo estar a 200 metros”, se quejó. Algunos vecinos indicaron que era constante el olor a amoníaco y muchos de ellos afirmaron que todavía sentían ardor en la boca.
En un primer momento se temió que pudiera haber operarios de la fábrica atrapados en el subsuelo, que quedó tapado por los escombros. Luego de remover el lugar, se confirmó que al momento de la caída de la pared, cuyo frente era de unos 30 metros, ninguno de los operarios estaba en esa parte de la fábrica. Sólo tres autos que estaban estacionados frente a la pared que se cayó quedaron aplastados por los escombros.
Eduardo Miguel Montenegro, empleado de la fábrica, estaba trabajando en la planta baja cuando de golpe vio que se le “venían todo encima”. “Estaba todo tranquilo, yo no escuché nada. Sólo vi que la pared se empezó a resquebrajar y que el lugar empezaba como a tambalear”, relató a Página/12, aún con los ojos rojizos por el efecto del amoníaco. “Se venía todo abajo y empecé a correr. Un compañero estaba con el clark (un camioncito utilizado para cargas) y maniobraba para esquivar los pedazos de pared que se le caían sobre la cabeza”, dijo y suspiró: “Tuvimos mucha suerte; mucha”.
También hubo que evacuar a más de 200 empleados de la fábrica de zapatillas lindera con la de hielo, porque gran parte de los escombros cayeron sobre el techo, pero ninguna de esas personas sufrió daños.
Alfredo Ayala, quien estuvo a cargo de la tarea de Defensa Civil, explicó que “algunos vecinos fueron hospitalizados por prevención: sobre todo los que viven en la cuadra frente a la fábrica”. “Hasta el momento unas 20 personas fueron atendidas y 13 fueron internadas con irritación en las mucosas; pero están todos fuera de peligro”, contó. Por otra parte, el Gobierno informó que fueron 11 las personas hospitalizadas.
Otro vecino que tiene un taller mecánico en Mármol al 1800, a una cuadra y media de la fábrica, dijo que “hace un año y medio hubo denuncias por un escape de amoníaco que había en la zona. La construcción tiene como 70 años”, afirmó. Y añadió: “Cuando vi lo que pasó, les llevé –a los empleados– agua para la cara porque tenían los ojos rojos y les costaba respirar”.
El vicejefe de Gobierno porteño a cargo del Ejecutivo, Jorge Telerman, estuvo presente en el lugar y afirmó que “en principio la fábrica tendría la habilitación correcta”.
La fábrica estaba habilitada desde 1977 y se le otorgó una ampliación en 1981. En la actualidad está habilitada como establecimiento frigorífico, fábrica de hielo en gran escala, cámaras frigoríficas para productos alimenticios, elaboración de hielo común, fábrica de frío industrial y venta de hielo. A comienzos de 2004, Defensa Civil recibió una denuncia de los vecinos por el olor a amoníaco que había en la zona. El 26 de marzo de 2004, la Dirección de Control y Calidad Ambiental constató que era cierta la denuncia de los vecinos y se clausuró el lugar. En mayo de ese año se le levantó la clausura a Metán SA Industrias de la Refrigeración y del Hielo. La Dirección General de Fiscalización y Control realizó nuevas inspecciones el 15 de junio y el 24 de agosto de 2004 y labraron algunas actas, “aunque no se encontró ninguna irregularidad para clausurar el lugar”.
Los servicios de luz y de gas continuaban cortados anoche a última hora, y bomberos y autoridades recomendaron a los vecinos que no se queden en sus casas, aunque muchos prefirieron volver.
Informe: Luciano Zampa.
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