Vie 20.01.2006

SOCIEDAD  › LA LARGA GAMBETA DE LOS AUTORES DEL ROBO

Una semana con pocas pistas

Imágenes difusas de video y un segundo túnel como posible vía de escape son los escasos indicios con que cuentan los investigadores, cuando se cumplen siete días del robo al Banco Río de Acassuso.

› Por Horacio Cecchi

La calle Perú, en Acassuso, tiene hace una semana otro argumento de fama que el del renombre de la vieja Peru Beach. El cruce con la Libertador, que el viernes pasado durante más de siete horas convocó las miradas de todo el mundo, una semana después sigue siendo motivo de reuniones y de análisis de expertos. Sin demasiados resultados a la vista. Recién tres días después del golpe aparecieron las primeras evidencias de que los autores eran humanos: hallaron el gomón más tarde algunas herramientas de mano, una batería con cables y bombitas para iluminar las profundidades; un dique para acumular agua para el gomón, y un posible túnel de fuga. Hay imágenes en los videos de seguridad de cuatro individuos que los investigadores aseguran están digitalizando. Si la banda es tan precisa y pulcra como se dice que es, difícilmente esos rostros sean ubicables en las fotos de los archivos policiales. Por el momento, dos o tres hipótesis siguen en órbita sin bajar a tierra. Una de ellas apunta sobre algún personaje de fuerzas de seguridad.

Una semana después del golpe a la sucursal Acassuso del Banco Río, las señales que provienen desde la investigación hacen pensar que no se tiene demasiado. Un investigador soltó con cuentagotas algunas hipótesis sobre las que se trabaja.

- Es muy probable que la banda haya funcionado en grupos de especialidad o conocimiento: los que cumplieron tareas de ingenieros y zapadores, para entender planos y cavar túneles. Los que conocían de hidráulica, porque buena parte del plan se constituyó sobre el agua, y porque supieron no sólo diseñar un sistema primitivo de dique para mantener suficiente agua de flotación del gomón sino porque se les ocurrió la idea. Alguien que conoce exactamente el funcionamiento de las alarmas bancarias. Y el grupo de audaces que puso el cuerpo en el golpe. Además de uno o varios comandos no necesariamente dentro de la institución bancaria. Alguien que desde fuera se comunicara con los de adentro en baja frecuencia y les fuera diciendo cómo seguía todo fuera.

- Es difícil que la banda estuviera compartimentada en células porque el botín es demasiado grande como para pagar en forma anticipada a alguno de los grupos y luego mantenerlo al margen sin el riesgo de que sople. Los investigadores parecen inclinarse por la idea de que manteniendo a todos vinculados se garantiza el silencio.

- El poder de convocatoria y de financiamiento previo es uno de los detalles que más desvela a los pesquisantes. Es una de las claves de la investigación porque es una de las claves de la organización del golpe.

- Pero otra clave es la que nadie sabe si se mide con certeza o no: la marca está en el origen. Más allá de la capacidad de organización e imaginación, el modo en que se burló a las fuerzas policiales no es un detalle artístico y de genialidad. O no es sólo eso. “Es la clave –reveló un experto–. En fútbol se llama gambeta, hacer creer que vas para un lado y vas para el otro. En inteligencia se llama velo y engaño. El golpe lo dio alguien que sabía cómo iban a responder las fuerzas policiales después del síndrome Ramallo”.

A qué se refería el especialista. “En el Primer Mundo, cuando las fuerzas de seguridad rodean un lugar lo cortan como una porción de torta. No sólo rodean la manzana. También controlan 70 metros para arriba y 20 para abajo. Además de controlar los techos, controlan el subsuelo. Piden los planos del lugar. No sólo las instalaciones eléctricas. También los desagües, las probables líneas de fuga ocultas.”

En Acassuso no se hizo nada de esto. Y el ideólogo del golpe dio muestras, además, de haber conocido las tácticas y pasos del manual de crisis ideado después del escandaloso golpe de Ramallo. “Le hizo creer a los negociadores que estaban controlando la situación, que lo que le importaba eran la pizza y las cocas, que quería alivianar la calificación del delito, que se iba a entregar si se cumplían determinadas obviedades.” Durante los siete días, las pistas que tienen los investigadores parecen escasas. Un gomón, oculto como lo ocultan los comandos, desinflado de un tajo. Una serie de herramientas, pico, pala, batería y línea de luces, que se supone que fueron utilizadas por la banda para construir el túnel. Un dique que garantizaría un determinado nivel de agua, más de 80 centímetros, para que el gomón flote. Para ello, no sólo debieron hacer pruebas de flotación con una carga semejante a la que calculaban robar, sino que debieron tener en cuenta los niveles de agua habituales y haber realizado pruebas incluso en el mismo lugar previo al golpe. El dique luego no fue necesario porque las lluvias ininterrumpidas mantuvieron los niveles. “Habría que analizar si el viernes fue el día elegido porque cayó menos lluvia en la zona o si fue una pura casualidad”, confió suspicaz el experto.

Además, imaginar y hacer posibles las vías de escape, la construcción de los dos túneles, el próximo al banco y el que se supone que utilizaron para deslizarse hasta una propiedad lindera.

Entretanto, muy distantes de la conformación de la banda y más interesados en las conversaciones con el banco, los damnificados por el golpe mantienen una vigilia tensa. Ayer, la sucursal Acassuso reabrió sus puertas. Los nueve empleados que padecieron el golpe fueron licenciados hasta superar el shock. Ahora, los que padecen son los investigadores.

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