SOCIEDAD › SU SUPUESTA CONFESION ES INVALIDA Y NO HABLO A LOS FISCALES
Supuestamente, García Bolster admitió su parte en el robo al Banco Río cuando lo traían de Villa Gesell, pero el viernes a la noche se negó a hablar con los fiscales, cuando las confesiones valen. Las pruebas en su contra. El trato que puede estar buscando.
› Por Raúl Kollmann
El “ingeniero” Sebastián García Bolster se negó a declarar en la noche del viernes ante el equipo armado por el fiscal general de San Isidro, Julio Novo. Pese a que las versiones indicaban que cuando lo traían de Villa Gesell a San Isidro había confesado ante funcionarios policiales que colaboró en la realización del túnel, como señaló este diario, esa confesión era obviamente nula desde el punto de vista judicial, por lo que horas más tarde, ante los fiscales, siguió los consejos de su abogado Claudio Fogar y se amparó en su derecho a no declarar. El letrado verá a partir del lunes las pruebas contra su cliente y armará su defensa. Según los investigadores hay evidencias de distinto tipo contra el “ingeniero”: llamadas con integrantes de la banda, una a las cinco de la mañana del día del robo y desde el desagüe pluvial por el que ingresaron los ladrones; testigos que afirman haber visto su camioneta en el lugar, un testigo que lo reconoce fotográficamente y, sobre todo, un supuesto amigo, que sería prestamista, que el viernes entregó 60.000 dólares en la fiscalía diciendo que García Bolster se los dio después del robo para que los invirtiera. Fogar hizo ayer la lógica: aseguró que su cliente no tuvo nada que ver con el robo y puso un gran interrogante sobre las pruebas.
Hasta el momento, el juez Rafael Sal Lari fue remiso a librar órdenes de captura, por lo que se supone que si aceptó la detención de García Bolster debió ser porque algunas de las evidencias lo convencieron. Según el equipo de fiscales que encabeza Jorge Apolo, las pruebas aportadas, para ellos irrefutables, son:
- Numerosas llamadas de García Bolster a integrantes de la banda.
- El reconocimiento fotográfico que hizo un testigo, que sindica al “ingeniero” como uno de los integrantes de la cuadrilla trucha que supuestamente ingresaba al desagüe pluvial para hacer trabajos de limpieza, pero en verdad construían desde allí el túnel.
- Tres testigos que habrían declarado que junto a la carpa de esa cuadrilla trucha vieron varias veces una camioneta que –se detectó después– pertenecía a García Bolster.
- Una de las llamadas desde el celular del “ingeniero” se hizo a las cinco de la mañana del 13 de enero, día del golpe, desde la esquina de Tres Sargentos y Dardo Rocha, el lugar desde el cual ingresaban los ladrones al desagüe y desde allí al túnel.
Una evidencia de relevancia apareció el propio viernes, después de la detención, con el supuesto amigo –tal vez un prestamista– que se presentó con 60.000 dólares en la fiscalía y dijo que se los había dado García Bolster para invertir. Ayer, el abogado Fogar negó que su cliente le haya dado dinero a nadie: “Eso no me consta”, dijo el letrado. Fogar también negó varias de las versiones difundidas el viernes: que el “ingeniero” hubiera pagado 150.000 dólares por una propiedad en Villa Adelina y que hubiera comprado otra propiedad en Villa Gesell. El abogado confirmó que efectivamente su defendido se compró un Toyota Corolla, pero dijo que el dinero lo obtuvo de la venta de una camioneta. La impresión más extendida es que el “ingeniero” buscará una especie de acuerdo tácito con los fiscales: les daría datos sobre la banda a cambio de mejorar su situación. Es que si se comprueba que participó del golpe contra el Banco Río, el rango de pena va de cinco a quince años de prisión por coautor del robo.
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