Un grupo de 19 sacerdotes católicos de Québec, Canadá, hizo pública una carta en la que critica la postura adoptada por el Vaticano en contra de los matrimonios entre homosexuales y la ordenación de religiosos homosexuales. En la presentación, que fue difundida el domingo en el diario La Presse de ese país, los religiosos se preguntan si la Iglesia “tiene la última palabra sobre los misterios de la vida política, social, familiar y sexual”.

Los sacerdotes, integrantes del Foro André Naud, agregaron que “en estas materias, las enseñanzas oficiales de la Iglesia se han demostrado equivocadas más de una vez”. La misiva critica la posición de los obispos canadienses que se opusieron a la legalización en ese país de los matrimonios entre homosexuales, el año pasado.

“¿Hubo algún rastro de la compasión que marcó el paso de Jesús por la Tierra? Ni siquiera un párrafo, ni una frase en su comentario que recoge la discriminación histórica contra los homosexuales y la tragedia de su exclusión social y eclesial”, indicaron los religiosos en la carta.

“Hay muchos sacerdotes que piensan como nosotros”, afirmó al diario canadiense el padre Raymond Gravel, de 53 años, uno de los que firmó la presentación. Además agregó: “Estas últimas semanas fuimos contactados por otros que querían firmar la carta, pero que llegaron demasiado tarde; otros miembros del Foro no pudieron firmar porque son vicarios episcopales o profesores, y podrían tener problemas con sus superiores”.

El Vaticano criticó el año pasado la decisión del entonces gobierno liberal de Canadá de legalizar los matrimonios entre homosexuales, después de que numerosos tribunales considerasen inconstitucional la prohibición de esas uniones entre personas del mismo sexo.

En julio, tras la aprobación en el Parlamento de la ley que califica el matrimonio como la unión de dos personas sin importar su sexo, el diario vaticano L’Osservatore Romano señaló que “sigue la distorsión del plan de Dios para la familia. En Canadá, las uniones homosexuales han sido igualadas al matrimonio”.

Otro de los autores de la carta enviada al periódico La Presse, el padre Claude Lefebvre, señaló que el grupo de sacerdotes quiere que “la gente no crea que todo el mundo en la Iglesia piensa de la misma forma”, en contra de los matrimonios homosexuales o la ordenación de religiosos homosexuales. “Deseamos que, dentro de la Iglesia, los cristianos escuchen a la gente que vive su orientación homosexual. Que vivan con las personas en vez de sólo con los libros”, expresó.

En noviembre del año pasado, el Vaticano prohibió la ordenación de sacerdotes “con las tendencias homosexuales profundamente arraigadas, que se encuentran en un cierto número de hombres y mujeres.