SOCIEDAD › PROHIBEN EN ALEMANIA LA PELICULA SOBRE UN ASESINO
La Justicia impidió el estreno del film que cuenta la historia de Armin Meiwes, al considerar que afecta su derecho de imagen.
› Por José Comas *
Desde Berlín
La audiencia territorial del Estado federado de Hesse emitió un fallo de urgencia para prohibir en Alemania la exhibición de la película Rotemburgo, inspirada en el crimen del caníbal Armin Meiwes. Considera el tribunal que la película, una producción norteamericana que iba a estrenarse el próximo día 9, atenta contra el derecho a la propia imagen y la personalidad de Meiwes.
El juez fijó una multa de 250.000 euros si la película se exhibe o difunde por cualquier medio. La productora de la película, que lleva por título el nombre de la ciudad donde ocurrieron los hechos, calificó de inconstitucional la decisión judicial y de atentado contra la libertad artística “con desastrosas consecuencias para la economía y el arte cinematográficos”.
Meiwes cumple una primera condena de ocho años por haber castrado, matado, fileteado y en parte comido a un compañero que conoció a través de Internet y se prestó al juego perverso que le costó la vida. El fiscal consideró que la condena en primera instancia a ocho años, por homicidio consentido por la víctima, no tiene en cuenta aspectos importantes del crimen y la apeló. Corre ahora Meiwes el riesgo de que lo condenen a cadena perpetua por asesinato con alevosía, por bajos motivos como sería la satisfacción de sus instintos. La sentencia en el tribunal de apelación está prevista para el 9 de mayo.
El caso del caníbal atrajo al cine. Una productora de Estados Unidos filmó una historia en la que todo parecido con la realidad es algo más que pura coincidencia. En Rotemburgo, una estudiante norteamericana de psicología criminal acude a investigar el caso para su tesis de fin de carrera. Los hechos se sitúan en 1998 y no en marzo de 2001, cuando ocurrieron en la realidad. Uno de los actores de la película, Thomas Huber, que representa el papel de la víctima, relató ayer que la escena más escabrosa, la de la sección del pene, se realiza de forma velada. El caníbal se acerca con un cuchillo a su víctima que permanece de espaldas. Después, el caníbal saca una sartén en la que fríe una especie de salchicha. La víctima la prueba y comenta: “Está demasiado correoso”. Después se mete en la bañera, donde muere desangrado.
El abogado del caníbal, Harald Ermer, declaró ayer: “La película dura 80 minutos y hemos encontrado 88 puntos de coincidencia con la historia del señor Meiwes y exagera. Mi defendido aparece como un asesino brutal que al final apuñala de forma arbitraria a una persona. Esto nos parece inadmisible”. Negó el abogado que el caníbal hubiera demandado a la productora de la película por motivos económicos. El letrado argumentó que el pasado enero la productora había ofrecido dinero para conseguir el permiso de Meiwes para la exhibición de la película. Meiwes tiene firmados un contrato con otra productora para filmar un documental y otro para escribir un libro.
La productora de Rotemburgo declaró ayer que, si la decisión del tribunal se confirmase en instancias superiores, esto tendría “efectos desastrosos sobre la economía y el arte cinematográficos. Según nuestra opinión, es por completo incomprensible e incompatible con la Constitución. No se puede obligar a que en el futuro el tratamiento artístico de personas contemporáneas dependa de su conformidad o de su voracidad por los beneficios”. La productora concluye que la decisión del tribunal de Hesse “contradice de forma escandalosa la jurisprudencia, sobre todo la del Tribunal Constitución”.
* De El País, de Madrid. Especial para Página/12.
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