SOCIEDAD
Un programa para que 15 millones de personas reciban medicamentos
El Ministerio de Salud lanzó un programa que por su magnitud es el mayor del mundo.Los remedios estarán en salitas barriales.
› Por Pedro Lipcovich
El Ministerio de Salud puso en marcha un programa crucial para que 15 millones de personas tengan acceso a los medicamentos. Crucial, no sólo por sus dimensiones –”el más grande en el mundo”, según el ministro Ginés González García– sino porque, si funciona, contribuirá a reformular todos los niveles de la atención médica. Los remedios se distribuirán en todo el país a las “salitas” barriales: éstas debieran atender la mayoría de las enfermedades pero mucha gente no va a ellas porque no tiene plata para comprar los medicamentos que les receten; termina yendo al hospital, que así se sobrecarga de patologías agravadas por no haber sido tomadas a tiempo. González García comentó también la vigencia del decreto que ordena prescribir por el nombre genérico –para que el paciente pueda comparar precios– y que pocos médicos están cumpliendo: “Hay que cambiar una cultura de prescripción, y los únicos que pueden garantizar esto son los ciudadanos”.
El martes se abrieron los sobres de la primera licitación del Programa Remediar, para “el acceso gratuito al medicamento esencial en todas las unidades de atención primaria”. El objetivo es proveer a todas las salitas del país con un botiquín de 51 medicamentos, que –aseguró González García– “cubren más del 80 por ciento de todas las patologías y casi el ciento por ciento de las que deben ser resueltas en atención primaria”.
El ministro destacó que “el plan es el más grande en el mundo por la población que abarca: 15 millones de personas que no tienen acceso a las farmacias y entonces dejan de concurrir a las salas de atención primaria porque no van a poder comprar lo que les receten. Esto desemboca en la saturación de los hospitales públicos”. Mientras que “la accesibilidad de los medicamentos permitirá revitalizar las redes de atención primaria; al volver la gente a las ‘salitas’, los diagnósticos y tratamientos podrán hacerse a tiempo y se descomprimirán los hospitales”.
El 8 de junio pasado, a propósito de la crítica situación de hospitales marplatenses, Página/12 registraba opiniones de profesionales de la salud denunciando esta situación.
A fin de aventar riesgos de clientelismo y robos, la distribución de los medicamentos se licita por separado: los adjudicatarios tendrán la responsabilidad de entregarlos directamente en las unidades destinatarias, y cada botiquín tendrá un control de código de barras satelital.
El programa tiene financiación hasta abril de 2004 mediante un crédito de 127 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ya estaba concedido y pendiente de utilización. Esto permite pagar a los proveedores en dólares y a 15 días: “Casi todos los precios estuvieron por debajo de nuestros precios testigo”, puntualizó González García.
El ministro comentó también la puesta en marcha del decreto que obliga a los médicos a recetar por nombre genérico y a los farmacéuticos a informar sobre las distintas marcas que contengan la misma droga. Entró en vigencia el 7 de junio, con apoyo explícito de las confederaciones Médica y Farmacéutica, pero todavía son pocos los médicos que lo cumplen. “Es que hay que cambiar toda una cultura de prescripción”, observó González García y destacó que “el nombre genérico es la denominación común internacional: con el sistema de prescripción que se usaba en la Argentina, nuestros médicos habían dejado de lado el sistema de información científico”.
González García observó que el sistema de comercialización que se procura cambiar “realizaba el sueño imposible de un especialista en marketing: incidiendo sobre los médicos, que conforman el 0,4 por ciento de la población, se lograba controlar un mercado masivo, ya que los medicamentos son el tercer rubro de consumo en los hogares, después de alimentos y tocador, y el segundo en los hogares más pobres”.
Según el ministro, “todas estas medidas tratan de recomponer el acceso a los medicamentos, que se ha quebrado en nuestro país. Las ventas de los laboratorios han caído a 260 millones de unidades, según la proyección delprimer cuatrimestre de este año, desde los 400 millones de hace cinco años, y esta diferencia la compensaron aumentando los precios”.
En cuanto a las dudas que pudiera haber sobre la calidad de los medicamentos según las marcas, “además de que el sistema de control argentino es uno de los tres mejores de América, después de Estados Unidos y Canadá, sucede que recetar por genéricos no es recetar productos distintos o nuevos: son los mismos que ya estaban en el mercado, sólo que ahora deben competir según sus precios”.
Lo que el ministro recomienda al paciente que recibe una receta con la marca es: “Dígale al doctor: ‘Prescríbame por genérico; ya hay una resolución que lo dispone’. Y si el paciente no quiere discutir con el médico, puede ir a la farmacia con la receta por marca y pedirle al farmacéutico que le indique qué otras marcas hay para el genérico correspondiente y a qué precios”. González García señaló que “las obras sociales ya están informadas de esta resolución, que deben cumplir. Pero los únicos que pueden garantizarla son los ciudadanos”.