El temporal con el que comenzaron las Pascuas no fue del todo piadoso. El resultado de los fuertes vientos incluyó dos muertos en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, decenas de árboles y carteles caídos en la Capital Federal y el conurbano, y unos 50 mil usuarios sin energía eléctrica. En Saladillo, “la cola de un tornado”, con ráfagas de hasta 110 kilómetros por hora, generó algunos destrozos y debieron ser evacuadas unas 180 personas. También hubo techos volados y evacuados en Carmen de Areco.

Uno de los hechos irremediables ocurrió en la isla Maciel, partido de Avellaneda. Natalia Carrizo, una joven de 19 años, murió cuando el intenso viento empujó la pared de una empresa de contenedores sobre una remisería, en la calle Rivas y frente a la cancha del club San Telmo. La caída del muro ocurrió cerca de las 20.30 del jueves y también provocó heridas a Laura González y Emilio Bermúdez, ambos de 23 años, que se encuentran en estado delicado en el Hospital Fiorito.

Otra víctima fatal fue Carlos Roldán, de 49 años, quien murió electrocutado en la noche del jueves al pisar con una carretilla un cable que había caído en un criadero de pollos. El hecho ocurrió en la localidad bonaerense de San Pedro, a la altura del kilómetro 19 de la ruta provincial 191.

En Saladillo, unos 190 kilómetros al sudoeste de Buenos Aires, se sintió la llegada de la cola de un tornado, que abatió a la localidad durante unos cinco minutos cerca de las 15.45 del jueves. A pesar de su corta duración, el fenómeno meteorológico, con ráfagas de entre 95 y 110 kilómetros por hora, causó la voladura de los techos de unas 30 casas y la caída de árboles y cableado de electricidad. “Fue una cola de tornado”, aseguró el secretario de Gobierno y jefe de Defensa Civil del municipio, Aldo Catullo.

Además de carteles desparramados y silos abollados, hubo dos personas heridas. Un hombre sufrió un corte en una pierna al ser golpeado por la rama de un árbol y a otro se le cayó un ladrillo en la cabeza. A raíz de los destrozos se autoevacuaron más de 150 personas, que se alojaron en casas de amigos y familiares hasta la tarde de ayer. Los comercios de la zona de los alrededores de la rotonda de la Ruta nacional 205 fueron los más dañados. Tanto esa ruta como la 51 estuvieron anegadas durante algunas horas, atravesadas por troncos y postes.

Según comentó el intendente, Carlos Gorosito, él mismo solicitó asistencia financiera al gobierno provincial para ayudar a las familias que sufrieron daños en sus viviendas. “Seguramente una mano nos tendrá que dar la provincia, aunque ya estamos tratando de colocar techos que volaron”, señaló. Sumado a los autoevacuados, otras cincuenta personas fueron momentáneamente alojadas en centros de salud de los distintos barrios.

Por otra parte, en Carmen de Areco, 140 kilómetros al noroeste de la Capital Federal, hubo 25 evacuados como consecuencia del temporal, aunque retornaron a sus hogares durante la mañana de ayer.

En la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, unos 50 mil usuarios se quedaron durante algunas horas sin servicio de energía eléctrica como consecuencia de la caída de cables y la inundación de varias cámaras de alimentación, según informaron las empresas Edesur y Edenor. Los últimos en volver a tener el servicio fueron algunos usuarios de los partidos de San Isidro y San Martín, que lo recuperaron por la tarde de ayer.

El director adjunto de Defensa Civil porteño, Claudio Schbib, precisó que por las fuertes ráfagas “hubo muchos árboles caídos, marquesinas, algunos postes y carteles publicitarios”.