Más de 200 mil personas perdieron sus viviendas como consecuencia del terremoto en la isla de Java, en Indonesia, registrado el sábado último. Y de ellos, el 40 por ciento son niños, según estimaron los organismos internacionales que actúan en el lugar, en la asistencia a las víctimas. El dato se suma a las 5135 personas que murieron durante el sismo y a las 15 mil que sufrieron heridas, según las últimas cifras difundidas por el gobierno de Indonesia. Ahora, en medio de las tareas de asistencia a los sobrevivientes, preocupa la actividad de un volcán.

La Cruz Roja Internacional estimó que perdieron su vivienda unos 200 mil pobladores, en tanto el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) advirtió que el 40 por ciento de los que quedaron sin techo son niños. Los equipos de rescate continuaron ayer la búsqueda de sobrevivientes y la provisión de alimentos y asistencia médica, sobre todo en Bantul y Yogyakarta, donde el sismo destruyó al menos 35 mil casas y edificios.

Las autoridades siguen de cerca los movimientos del volcán Merapi –a unos 70 kilómetros del epicentro del sismo–, que está dando signos de creciente actividad. El organismo vulcanológico de la ciudad de Yogyakarta alertó que ayer el volcán expulsó 78 masas nebulosas compuestas de gas incandescente, considerado “muy destructivo”. Especialistas en sismología señalaron que el terremoto del sábado “pudo haber aumentado la masa de magma que se encuentra actualmente en el volcán” y agregaron que ambas actividades, vulcánica y sísmica, “son fenómenos vinculados estrechamente”.

El vicepresidente Jusuf Kalla anticipó que el estado de emergencia a causa del sismo durará tres meses y el gobierno estimó que en un año podrá reconstruir las 35.000 viviendas afectadas. También informó que el gobierno destinó cerca de un billón de rupias –131,67 millones de dólares– para reparar casas y satisfacer las necesidades de la población.

Unicef anunció hoy que prevé establecer lo antes posible en Batul un centro de ayuda para los chicos afectados y alertó que el 15 por ciento de los niños que quedaron sin hogar tiene menos de 5 años.