SOCIEDAD › INAUGURARON LA PRIMERA SINAGOGA EN UNA CARCEL
Por primera vez una prisión argentina tendrá un lugar para los detenidos de religión judía. La sinagoga fue inaugurada en la cárcel de Devoto por la AMIA y el Servicio Penitenciario Federal.
Con los rollos de la Torá colocados en el arón hakodesh (arca sagrada, el mueble en el que debe guardarse según ordenan los preceptos), la sinagoga quedó ritualmente inaugurada ayer. Minutos antes, un par de golpes de martillo habían fijado la mezuza en el marco de la puerta de rejas. Aquellos barrotes chillones daban el rasgo distintivo a un acto que se había repetido millones de veces en la historia, pero muy pocas en un sitio como ése. La nueva sinagoga está ubicada en la unidad penal 2, de Villa Devoto, en lo que es la primera experiencia de ese tipo en una cárcel de América latina y la quinta en el mundo.
El proyecto que llevaron adelante la Secretaría de Programas Sociales de la AMIA y el Seminario Rabínico Latinoamericano da un lugar a más de veinte presos que profesan la fe judía. Con una capacidad para 40 personas sentadas, el salón de 30 metros cuadrados fue otorgado por el Servicio Penitenciario Federal a fines de 2005 y reacondicionado por un grupo de voluntarios de la mutual judía y por los mismos reclusos. La autorización de la apertura de un ámbito para que se instale la sinagoga había comenzado a gestionarse hace tres años.
Los servicios espirituales en distintas cárceles llevan bastante tiempo desarrollándose a cargo de voluntarios del Seminario. En Devoto, contaban con la buena voluntad del capellán, que les permitía utilizar la iglesia de la cárcel como lugar de reunión. Pero ahora, por primera vez, tendrán un espacio físico donde celebrar los servicios religiosos y observar las diversas festividades y fechas importantes para la colectividad. Para llegar hasta allí es necesario subir hasta el tercer piso y acceder a la planta 6. En el lugar, llamado Sefer Jaim (Libro de Vida), varios de los presos volvieron a ver una Torá, con la que no tuvieron contacto en mucho tiempo y que podrán leer a diario.
Los encargados del SPF conocieron con mayor detalle el proyecto de las instituciones de la colectividad judía meses atrás, durante un encuentro ecuménico que, organizado por la Secretaría de Culto, utilizó los aportes de diversas religiones para analizar la importancia de la espiritualidad en el trabajo de humanización de las cárceles. “La sinagoga será un lugar de encuentro, asistencia, lectura y oración, de acuerdo con la tradición judía”, señaló Mario Hendler, uno de los directores del Seminario.
El plan de asistencia espiritual va más allá de Devoto, desde hace años los voluntarios también visitan los penales de hombres y de mujeres de Ezeiza y de Marcos Paz. Según estiman en el Seminario Rabínico, en las prisiones de Capital Federal y provincia de Buenos Aires viven alrededor de una veintena de presos judíos. “La continuidad de la experiencia tiene que ver con la cantidad de potenciales beneficiarios, pero seguramente se extienda en el futuro, éste ha sido el puntapié inicial”, indicó a este diario Federico Ramos, subsecretario de Asuntos Penitenciarios.
Además de la asistencia espiritual, los voluntarios esperan tener como centro la sinagoga para llevar a los presos comida kosher (que cumple con condiciones estrictas de cocción y elaboración), libros en hebreo, ropa, medicamentos y tarjetas telefónicas, muy preciadas por los privados de la libertad para comunicarse con sus familiares y afectos en el exterior.
El programa de asistencia espiritual cuenta con la participación de unos cien voluntarios y se extiende desde hace varios años no sólo a unidades penitenciarias, sino también a centros de salud, hospitales públicos y residencias geriátricas de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense en los que haya personas judías.
El secretario general de la AMIA, Edgardo Goremberg, comentó a Página/12 que “la inauguración de la sinagoga complementa de una forma muy importante la acción de la AMIA en pos de dar tratamiento humanitario a quienes lo necesitan dentro de la comunidad judía y de dar apoyo a los detenidos de origen judío y a quienes lo soliciten, aunque profesen otra fe. Por otra parte, hacía mucho que nos merecíamos este tratamiento igualitario y fue un trabajo muy arduo hasta obtener este logro”. Hasta ayer, únicamente las religiones católica y evangélica contaban con iglesias autorizadas dentro de las cárceles.
Informe: Lucas Livchits.
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