El domingo que viene, Cáritas realiza su colecta anual con el lema “Por una sociedad sin exclusión y pobreza”. El obispo Fernando Bargalló, presidente de la institución católica, explica que “la colecta es ocasión de un mensaje interpelante a toda la sociedad”. Según el obispo de Merlo-Moreno, Cáritas “no puede cargarse al hombro la mochila de cambiar la realidad social de la Argentina. Pero sí puede generar acciones signo que tengan contundencia no tanto por la universalidad de destinatarios que abarca sino por la calidad con que son realizadas: que abarquen a la totalidad de la persona y de las personas. Acciones signo que en nuestro contexto histórico y geográfico actual muestren que otro modo de convivir es posible. Este es uno de lo más grandes desafíos. Queremos mostrar que otra convivencia, otra equidad, otra promoción es posible”.

Bargalló sostuvo que como Cáritas cumple 50 años “el mensaje tiene una connotación especialmente fuerte: revela que aún hay mucha pobreza y apunta a un ideal que requiere del compromiso de todos. El mensaje es que reflexionemos acerca del país que estamos queriendo construir. Mientras haya hermanos que están al margen del banquete de la vida y tienen cercenadas sus posibilidades de desarrollo personal, familiar y social, hay algo del proyecto de país que no funciona”. Y agrega que la situación de los pobres y excluidos “no es sólo de ellos. Es de todos. Porque nadie puede vivir plenamente y con gozo si junto a él hay tantos otros que están en la lucha cotidiana por la supervivencia”.

Para Gabriel Castelli, director nacional de la institución, “en Cáritas hace mucho tiempo que se ha desterrado la palabra asistencialismo. En las líneas de acción aprobadas por la asamblea surge claramente la idea de tener al destinatario de la ayuda no como un objeto sino como un sujeto activo de derechos, como un protagonista de todo este proceso. Esta acción supone trabajar en la promoción integral de toda la familia, atendiendo a todos los derechos de la persona que están insatisfechos. Lo que cruza toda la acción de Cáritas es el necesitado como sujeto de derecho, a quien hay que garantizar el acceso a la educación, a la vivienda digna, a un plan de salud que contemple todas sus necesidades”. Por eso, “el gran desafío no es solamente la pobreza sino la exclusión. Y sentimos que esto no es algo que Cáritas pueda hacer por sí sola, es toda la sociedad civil que junto al Estado está llamada a encontrar respuestas a este desafío, a esta bipolaridad que surge entre quienes tienen posibilidades y quienes no las tienen, a esta brecha que cada vez se abre más”.

Dentro de este marco cabe también la educación ciudadana. Porque, dice el obispo Bargalló, es necesario trabajar en función del “desarrollo de las potencialidades de cada persona”. Esta acción “busca mayor participación y protagonismo ciudadano porque supone acompañar procesos de los grupos humanos, especialmente más carenciados, en orden a que puedan integrarse en la construcción del propio barrio y de la propia sociedad. Y para ello hay que abrir horizontes de participación ciudadana, porque la ciudadanía supone también, como base, otras realidades”.

Castelli y el obispo dicen que “la relación con el Gobierno hoy es buena” y que “desde la formación de los consejos consultivos Cáritas siempre tuvo una voz autorizada para intentar que los planes siempre tuvieran la mejor manera posible de asignar los recursos del Estado en estos planes”. Hoy Cáritas desarrolla planes conjuntos con el Estado.