Hace diez días que acampan frente a la gobernación chaqueña. Son centenares de indígenas y campesinos que reclaman por tierras para trabajar. Ayer recibieron el apoyo de organizaciones sociales en una marcha por la ciudad.
Hace diez días que acampan frente a la Casa de Gobierno provincial y todavía no fueron escuchados. Por eso mismo, los indígenas y campesinos chaqueños continúan con sus reclamos: ayer al mediodía marcharon por la capital provincial enarbolando las reivindicaciones por tierras, salud, educación, vivienda y contra la discriminación. Además, el conflicto tomó un nuevo impulso con la participación, en la movilización, de organizaciones sociales, sindicatos estatales y partidos políticos opositores. El gobernador, Roy Nikisch, aún no dio señales para reanudar el diálogo, cortado desde la semana pasada y que provocó la permanencia de los pobladores originarios en la Plaza 25 de Mayo, la principal de Resistencia.
El sol golpea fuerte a las 11.30 frente a la Casa de Gobierno del Chaco. Los más de 20 grados hacen olvidar que es otoño y todos buscan algo de sombra en la plaza de donde partirá la marcha. Cientos de indígenas y campesinos ya forman las columnas y esperan a los centenares de trabajadores y militantes de gremios estatales, partidos de izquierda y organizaciones sociales que se suman para reclamar por el centro de la capital provincial.
Primero se leen por altavoz los reclamos: tierras para las comunidades aborígenes, renuncia del intendente de Villa Río Bermejito –acusado por los manifestantes de discriminación racial y corrupción–, mayor presupuesto para el Instituto del Aborigen Chaqueño (Idach), viviendas y titularización de los maestros bilingües en las escuelas provinciales ubicadas en zonas con población originaria, entre otros puntos.
“Reforma, agraria/urgente y necesaria”, cantan los centenares de personas en la calle principal de Resistencia, ante la mirada de los comerciantes que, desde la puerta de los comercios, apoyan o critican –por lo bajo– el reclamo indígena. “Viva la lucha aborigen en el Chaco”, “Viva la lucha aborigen en Argentina y en Latinoamérica”, “Abajo la patria sojera”, gritan los adultos pero también los chicos y sus abuelos, todos de piel oscura, cabello azabache y manos curtidas. Ahora los acompaña un abanico de sectores que hace más fuerte el reclamo frente al gobierno provincial.
“Lo que confirma la jornada de hoy es que el reclamo sigue vivo, el pueblo indígena sigue de pie. Tenemos un reclamo justo y nos quedaremos acampando frente a la Casa de Gobierno hasta que el gobernador atienda nuestros pedidos”, advierte el toba Milcíades Mansilla, referente de la Comisión Zonal de Tierras, una de las organizaciones protagonistas del conflicto.
Los reclamos por tierras y mejoras al mundo indígena chaqueño son antiguos, pero hicieron eclosión a inicios de mayo, cuando el municipio de Villa Río Bermejito (a 320 kilómetros al noroeste de Resistencia) no entregó –o lo hizo en forma deficiente– mercadería y vestimenta que tenía como destino los inundados de la zona. Las comunidades indígenas y criollas locales comenzaron a pedir la renuncia del intendente, Lorenzo Hefner, acusado reiteradamente de actos discriminatarios hacia pobladores originarios. Entonces comenzó el levantamiento indígena, primero con cortes de rutas provinciales y luego con una concentración masiva en la ciudad de Resistencia.
De la mano de organizaciones sociales que tradicionalmente trabajan con las comunidades, y de la nueva gestión del Idach, el conflicto local se provincializó. Pidieron audiencia con el gobernador Nikisch, que no los recibió. Luego sobrevino la marcha hacia Resistencia, el martes 6 de junio, cuando el Ejecutivo accedió a recibir al directorio del Instituto Aborigen. Pero la reunión fracasó porque el gobierno no aceptó que participaran 20 delegados de las comunidades indígenas. Desde esa fecha –hace hoy ya diez días–, unas 500 familias indígenas y criollas acampan en la plaza principal de la ciudad.
El documento que las comunidades elevaron al gobierno cuenta con nueve reivindicaciones. Pero la principal, y más problemática, tiene que ver con la tierra. La Constitución provincial establece que las tierras que dejen de ser fiscales deben quedar en manos de “aborígenes, ocupantes (ancestrales), pequeños productores o su descendencia; grupos de organización cooperativa y unidades económicas de tipo familiar”. Desde el Foro Multisectorial por la Tierra –donde participa medio centenar de organizaciones sociales, muchas de las cuales participan de la protesta–, aseguran que nada de ello se cumple. “En 1995 existían en el Chaco 3,9 millones de hectáreas fiscales. Hoy sólo quedan 660 mil”, denuncian desde el Foro.
“Hoy se confirmó que no estamos solos, que la sociedad civil acompaña y entiende los reclamos de los pueblos indígena y campesino, que saben que ningún gobierno atendió nunca nuestra situación y que es el momento de que nos den lo que nos pertenece”, afirma Daniel Benítez, secretario de la Unión Campesina, otras de las organizaciones protagonistas de la movilización. Por el Idach, el secretario general, Egidio García, cerró la marcha en la misma Plaza 25 de Mayo: “Los pueblos toba, mocoví y wichí se sigue haciendo escuchar en la provincia. Seguiremos con la lucha de los pueblos indígenas. Aquí estamos y aquí estaremos hasta que atiendan nuestros reclamos”.
Por su parte, el viceministro de Gobierno, Luis Peche, dijo que el gobierno “tiene una actitud de diálogo”, pero admitió que por ahora Nikisch no recibirá a los delegados indígenas. “El gobernador no está en la provincia y, si estuviera, no puede participar de una asamblea. El Idach y las comunidades deben hablar con los ministros y secretarios. Recién después podrá haber un encuentro con el gobernador.”
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