“El vecino nos eligió hace 100 años”, se leía en una de las pancartas que llevaron los levantadores de apuestas, considerados clandestinos en Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. Los quinieleros que manifestaron ayer en Plaza de Mayo enarbolaron, además de pancartas, lápices gigantes, en referencia a su principal herra-mienta de trabajo. Reclamaban la legalización de su actividad, actualmente penada por las leyes de los principales distritos. Fueron más de un millar, acompañados por vecinos (apostadores) de distintas localidades del conurbano.