“Es como una sudestada, pero al revés”, graficó un asombrado porteño, desde la Costanera, ante el inusual panorama del Río de la Plata, cuyo lecho se extendía centenares de metros desprovisto de agua. Los fuertes vientos del sector Oeste, que llegaron extremadamente fríos, provocaron una caída en el nivel del río, que llegó al 1,65 metro por debajo de los valores habituales. Esto afectó el volumen de ingreso de agua en la planta potabilizadora General San Martín, lo cual redundó en falta de líquido en varios barrios de la ciudad y sectores del conurbano. Un comunicado de AySA, la empresa estatal proveedora del servicio, solicitó a los usuarios que “colaboren incrementando los cuidados con relación al uso del agua mientras se regulariza esta situación”. La bajante también afectó el nivel del Riachuelo.