“Colegio tomado”, dice un cartelón colgado de las rejas, sobre el portón de ingreso al Nacional Buenos Aires. No era el único. Con cartelón o sin él, cada uno con sus propios medios, seis colegios secundarios más eran ayer ocupados por más de mil alumnos, y otros cuatro al menos se le sumarán hoy. Las tomas, según los jóvenes, son la continuidad de la lucha por el boleto estudiantil que, desde mediados de junio pasado, quedó instalada en el escenario porteño tras la agresión sufrida por un alumno del Mariano Moreno, a quien le grabaron en el pecho el signo de la antediluviana Triple A. Fueron gestadas durante la multitudinaria marcha del 19 de junio pasado, después de dos intentos fallidos de los estudiantes por concretar una reunión con las autoridades de la Secretaría de Transportes.
Al mediodía, una asamblea de más 600 alumnos ocupó el claustro central del Buenos Aires. La discusión pasó por consignas que giraron en torno al boleto estudiantil y la toma. De hecho, las clases quedaron interrumpidas hasta nuevo aviso. Y el nuevo aviso llegó poco después, cuando se decidió continuar con la ocupación durante el resto del día y la mañana siguiente. “A las tres de la tarde (de hoy) nos concentramos en Callao y Corrientes”, anunció Alejandro, del Nacional 17. Desde allí se sumarán a la marcha de repudio por la muerte de los piqueteros. El y otros delegados de secundarios tomados acudieron al Buenos Aires para estrechar filas. “Lo hacemos por el boleto, en repudio a la agresión al chico del Moreno -agregó Cynthia, del Mariano Acosta–, por las becas y los alimentos.” “Nosotros lo tomamos desde la mañana”, dijo, orgulloso, Darío, del Nacional 17, de Caballito.
“¿Cuántos son?”, preguntó alguien, a las seis de la tarde, sentado en el medio del claustro central. “Con nosotros, siete colegios tomados”, le respondió otro, y pasó a enumerar: Nacional Buenos Aires, Mariano Acosta, Moreno, Fernando Fader, Nacional 17, Comercial 23 y Normal 8, a los que se agregarán, hoy, el Carlos Pellegrini, Normal 4, Avellaneda y Huergo. “Muchos, que no pueden ser tomados, arman clases públicas, cortes de calles”, explicó Nahuel, del centro de estudiantes del Buenos Aires. El mismo centro organiza el “subtepaso”, una variante de protesta por el abono en el subte. “Todos los años, en vez de bajarlo, lo aumentan”, dijo Nahuel. La respuesta es masiva: unos 200 alumnos toman el subte un día por semana, sin aviso previo, y sin pagar boleto.
El 11 de junio pasado, un alumno del Moreno fue atacado por dos hombres, quienes le grabaron en el pecho tres A. “Cortala con el boleto estudiantil. Sos la primera ficha del dominó”, lo amenazaron. El caso es investigado por la Justicia. Ocho días después, insistentes, los estudiantes organizaron una marcha en repudio a la agresión y por el boleto estudiantil. “Ese día nos prometieron una reunión en la Secretaría de Transportes –sostuvo Nahuel–. La pasaron para el día siguiente. Pero nunca nos recibieron”. Lo que siguió fueron las tomas.