SOCIEDAD
Adictos al sexo, el grupo anónimo que más aumenta
Los grupos de personas adictas al sexo crecen velozmente en Estados Unidos.
Se plantean buscar la “sobriedad sexual”, un equilibrio que cada uno define. Las diferentes “adicciones”.
Por John Sutherland *
Desde Londres
Todo empezó hace 70 años cuando un par de borrachos de clase media en Akron, Ohio, se juntaron para hablar de la bebida. Lo que concluyeron fue que cuando se trata del alcohol, los alcohólicos son los que más saben. Fuera doctores, hospitales, sanatorios, religiosos, bienintencionados. Los “doce pasos” marchan desde entonces en la historia. Alcohólicos Anónimos es ahora la mayor organización de autoayuda del mundo, pero existen por lo menos otros cien grupos que aplican el plan de los doce pasos, desde “Judíos adictos en recuperación anónimos” a “Anónimos con miedo al éxito”, pasando por “Sobrevivientes anónimos al suicidio de una persona querida”. Pero el grupo que más crece es “Adictos al sexo anónimos”.
La forma en que los grupos operan es paradójica. El participante tiene por un lado el escudo de ser desconocido y por el otro el apoyo de estar acompañado. Es una combinación terapéutica poderosa.
El alcoholismo y otras formas de abuso de sustancias siguen siendo la base del movimiento de los 12 pasos. Pero es llamativo el auge, particularmente en Estados Unidos, de los Adictos anónimos al sexo, y sus grupos vinculados como Adictos anónimos al sexo y amor y Compulsivos sexuales anónimos. Las razones son bastante obvias. La sociedad moderna está bajo una estimulación sin paralelos en la historia. La liberación sexual lanzada en los 60 dejó a varios confundidos.
El sexo adolescente a un extremo de la vida y el Viagra en el otro han implicado decenas de años más de carnalidad. El cibersexo creó una nueva gran población de adictos a Internet. Para saber si se es uno de ellos, hay preguntas tales como: ¿se masturba mientras está en Internet? o ¿se queda después de medianoche para poder acceder a material porno en la red? Y están los riesgos de lo que se denomina el sexo “casual”. Uno puede recuperarse del whisky, de la heroína, del “miedo al éxito”, aun del suicido de un ser querido. Pero no del vih. Tampoco del repudio público después de que la policía patea su puerta y encuentra unos pocos miles de pixeles de porno infantil en el disco rígido de su computadora.
Los grupos de adicción al sexo tienen una gran diferencia con las organizaciones similares. Adictos Anónimos ordena “sobriedad”. La abstinencia es una idea sencilla cuando se trata de la bebida, la droga o el juego. No lo haga: punto. Pero, ¿qué es la sobriedad sexual? ¿Nada de sexo? ¿Sexo seguro? Es fácil decir cuándo la bebida es un problema. ¿Pero cuándo el sexo es un problema?
La solución a la que apela Adictos Anónimos es pragmática. Esencialmente consiste en que si uno está preocupado por lo que está haciendo, entonces existe el problema. Y una vez que una persona está incorporada al grupo, elabora personalmente lo que “la sobriedad sexual” significa. Y funciona.
En una reunión de Adictos Anónimos se encuentra una impresionante diversidad de “adicciones”. No hay dos iguales. Están los que mueren por tener sexo tres veces por día. Los que mueren por la necesidad de tener sexo en la primera cita. Padres que no pueden sacarles las manos de encima a sus hijos. Violadores que están en probation se sientan junto a hombres de modales delicados desesperados con la culpa por tener “fantasías” con cosas malas.
En forma ideal, cada persona idea una solución para su propio problema. Puede ser la decisión de evitar el sexo hasta la tercera cita, puede ser no gastar más de 50 dólares semanales en productos porno, reducir la masturbación. No tener sexo tomando cocaína. No tener sexo con extraños o tener sólo sexo con extraños.
Es imposible saber en qué medida sirven los grupos de 12 pasos. El anonimato hace que las estadísticas sean imposibles. Pero en una sociedad donde la educación sexual a veces se ve relegada a los diarios sensacionalistas, Adictos anónimos al sexo –con su objetivo de responsabilidad individualmente definida– puede cumplir una invalorable función.
* De The Guardian. Especial para Página/12.
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