SOCIEDAD
Ahogado
“Fue un caso desgraciado”, decía anoche Salvador Baratta, el jefe de la comisaría cuarta de Lanús cuando aún se hacía la autopsia sobre el cuerpo de uno de los mejores nadadores del colegio Madre Reina de esa ciudad. El chico tenía 14 años y a las seis de la tarde jugaba uno de los partidos de waterpolo de un campeonato organizado entre varios colegios. Su equipo competía contra otro en la pileta de la escuela. Alrededor estaba el guardavida –uno de sus mejores amigos–, un grupo de seis profesores y una tribuna de cuarenta estudiantes seguía el partido. Nadie se dio cuenta. Pero el chico quedó durante varios minutos bajo el agua sin poder salir. Cuando el guardavida bajó a buscarlo ya era tarde. Un equipo de emergencia intentó reanimarlo durante una hora. La muerte habría sido producto de una descompensación respiratoria.