Por primera vez en el país se empleó un procedimiento endoscópico para reemplazar un disco de la zona lumbar. La técnica, que en el mundo se utiliza apenas desde hace un año y medio, fue llevada a cabo por un equipo de cirujanos del Hospital Argerich. El paciente, un joven de 25 años que padecía una enfermedad degenerativa, fue intervenido gratuitamente, se recuperó con éxito y ya tiene entre sus vértebras un disco de hidrogel deshidratado envuelto en polietileno.
La intervención quirúrgica fue realizada el 21 de junio pasado, por un equipo de cirujanos del Argerich, a cargo de Jorge Selser. “La franja etaria que puede beneficiarse con esta técnica –explicó Selser– va desde los 20 hasta los 40 años. El límite de edad se debe a que, a partir de los 40 años, los pacientes pueden presentar signos de artrosis, factor que está contraindicado para esta técnica”.
La degeneración de los discos intervertebrales genera un dolor lumbar crónico. Habitualmente se trata el problema con antiinflamatorios en su etapa inicial, pero si el dolor continúa, puede hacerse necesario el reemplazo del disco enfermo. El joven de 25 años que fue intervenido quirúrgicamente “padecía una enfermedad discal degenerativa desde hacía más de dos años –sostuvo el especialista–. El dolor no cedía y no se vislumbraba una resolución por técnicas tradicionales”.
Después de los 20 años, comienza un proceso de deshidratación del disco, encargado de administrar y trasmitir las fuerzas que se ejercen sobre la columna y, ante cualquier movimiento anormal, se acelera la enfermedad. La operación, de la que participaron también los especialistas Daniel Pluis, Raúl Santibáñez y Eduardo Nápoli, consistió en la introducción, a través de tres pequeños orificios, de una óptica video endoscópica y del instrumental con el cual se efectuó el reemplazo discal.
El equipo de cirujanos del Hospital Argerich desarrolló además un instrumental único en el mundo que permitirá, en casos de pacientes de más de 90 kilos de peso, introducir por vía endoscópica hasta dos prótesis en un mismo espacio discal.
“Este instrumental –explicó Selser– permitirá suplantar con dos discos artificiales los del enfermo, si el tamaño de la vértebra lo requiere”. La innovación fue presentada en el último Congreso Mundial de Artroplastía, en Montpellier, Francia, donde fue recibida con gran interés.
Entretanto, el joven paciente se retiró del Argerich, con buen estado de salud y una pastilla entre las vértebras, con un núcleo de hidrogel deshidratado, y envuelta en una camisa de fibras de polietileno, que cuando se hidrata absorbe el 80 por ciento de su peso en agua y adquiere consistencia elástica.