Un agente retirado del Servicio Penitenciario Federal y un ex suboficial de la Armada Argentina fueron detenidos ayer en el partido bonaerense de San Miguel acusados de “prostituir a chicas”, casi todas menores de edad que se habían fugado de sus casas, y de “tenencia de arma de guerra”. Las propias adolescentes admitieron que mantenían relaciones sexuales con los acusados a cambio de “comida, ropa, algo de drogas y unos pesos para ir a bailar”. Los investigadores determinaron que la “contratación” iba más allá de los favores sexuales ya que uno de los detenidos, junto a otras personas, tendría organizada una red de prostitución de menores. Las dos chicas fueron entregadas a sus padres aunque quedarán bajo la supervisión de asistentes sociales.

“Las chicas iban y venían de la casa donde tenían relaciones. Son adolescentes que se fueron de sus casas hace unos cuatro meses y que dormían a veces en la calle, y a veces paraban en la casa de este hombre porque les daba comida, ropa, dinero y droga a cambio de sexo. Y las chicas accedían. Una de las dos, de 18 años, se fue un día de la casa del retirado del Servicio Penitenciario y le contó a su tío qué era lo que pasaba. El tío le avisó a un amigo policía de la Bonaerense, quien fue a la casa de uno de los detenidos y cuando vio que allí había una menor, de 16, avisó a la dependencia y ésta nos comunicó a nosotros”, explicó a Página/12 el fiscal de Instrucción de San Martín Mario Marini.

A raíz de la denuncia, se ordenó un primer procedimiento en una casa ubicada en Rodríguez Peña al 2200, en San Miguel, donde fue encontrada la menor de las adolescentes y detenido el agente retirado del Servicio Penitenciario, de 59 años, acusado de “facilitación de la prostitución y corrupción de menores”.

En otros cinco allanamientos, cuatro en el mismo partido y uno en la localidad de Bella Vista, fue detenido el otro hombre y además se secuestraron fotos y videos caseros, juguetes sexuales, varios envases de Poxi-ran y un fusil Mauser, por el que el ex suboficial de la Armada, de 54 años, está acusado, por el momento, de “tenencia de arma de guerra”, dijo el fiscal.

“Violencia física no hay en ningún caso –aseguró–. Estamos investigando la violencia psicológica desde la necesidad de las chicas, y la facilitación de la prostitución”.