Al mediodía, a la hora en que el sol de Santiago raja la tierra, fue cuando vio la sombra. A Ricardo Gutiérrez, el comisario mayor retirado que mantuvo en vilo a la provincia encabezando los reclamos policiales durante una semana, lo detuvo ayer una comisión policial con orden judicial demorada del juez Gustavo Herrera. Lo acusan de apología del delito, sedición y desobediencia a la Justicia. No estaba prófugo ni costó demasiado encontrarlo. Lo engancharon caminando por la plaza Libertad, a metros del epicentro del conflicto, el antiguo cabildo del que se apoderó desde hace años la jefatura policial.

El radical K Gerardo Zamora lo señala como una pata del juarismo y de Musa Azar que intenta voltear su gobierno. Lo sindicó como un mentiroso y vinculado con los intereses del juarismo. De hecho, Zamora subrayó que el abogado de Gutiérrez es Juan José Saín, también abogado del venido a menos Carlos Juárez. “Gutiérrez es un comisario mayor retirado con mucho predicamento entre los policías”, aseguran en Santiago.

Gutiérrez impulsó o participó al menos en dos movimientos policiales muy anteriores y cuando estaba aún en actividad. En esos casos, la movida fue de enfrentamiento al juarismo. El primero, a mediados de la década del ’80, fue un reclamo netamente salarial, con carpas en la propia plaza frente a la gobernación. El segundo, en el ’93, fue el preámbulo del santiagueñazo, cuando instó a la policía a no intervenir contra los manifestantes, lo que posibilitó el incendio de la gobernación.

Gutiérrez es un retirado. Los salarios básicos de la policía santiagueña están en los 250, 300 pesos. Cuando están en actividad el salario es mayor porque se aplican otros rubros, porque hacen adicionales, o por diferentes ilícitos “a los que están obligados por bajos sueldos”, sostuvo Gutiérrez durante una entrevista radial la semana pasada. “Pero los retirados cobran el básico”, aseguró uno de los voceros del movimiento.

Pero a Gutiérrez se plegaron otros intereses. La primera en sumarse en apoyo del autoacuartelamiento fue la Unidad Regional II de La Banda. Hace tres meses, después de un partido en el club Sarmiento, infantería de la URII baleó a los hinchas del club local. Cinco jóvenes fueron gravemente heridos. Y el sexto, el chico Melián, murió. La cúpula policial salió a ventilar la hipótesis de un enfrentamiento entre barras, pero las pericias echaron por tierra a la hipótesis y a la cúpula. Once policías de la URII permanecen detenidos a la espera del juicio oral que ya está agendado. Y uno de los puntos del petitorio de los autoacuartelados era el de reincorporar a los detenidos.