La Sala III de la Cámara de Casación pegó ayer una especie de golpe en la mesa por el caso del robo al Banco Río de Acassuso y acusó al juez Rafael Sal Lari de obstruir el trabajo de los fiscales. La Cámara no sólo fue crítica de lo hecho por el magistrado sino que ordenó la detención de tres personas –Gastón De la Torre, Cristian Lemos y Patricia Sosa–, una medida que había sido rechazada por Sal Lari. Las pruebas contra Gastón De la Torre parecían apabullantes, al punto de que en su habitación se encontraron 75.000 dólares del botín en una caja empotrada en la pared y todavía más dinero se le detectó en una caja de seguridad de un banco. La Cámara da por probado, además, que Gastón es la persona flaca con chaleco de pesca que participó del robo y aparece en el video de seguridad del banco. Cristian Lemos y Patricia Sosa fueron sorprendidos a una cuadra de la casa de De la Torre llevando escondidos, en un carrito de bebé, nada menos que 155.000 dólares, cuyo origen no pudieron explicar. El juez tampoco había aceptado la detención de la pareja.

Los jueces de la Sala III de Casación, Víctor Violín, Ricardo Borinski y Juan Ursi, señalaron en su resolución que “además del excesivo rigor formal” aplicado por el juez Sal Lari y los camaristas que lo avalaron en San Isidro, “el magistrado dejó en estado de indefensión a la sociedad. La prueba colectada permite sostener que existen elementos suficientes de la comisión del delito y motivos bastantes para sospechar que Gastón De la Torre tuvo participación”. Los camaristas también pusieron como ejemplo la nulidad que dictó Sal Lari respecto de la detención de Sebastián García Bolster, el ingeniero, realizada por los fiscales en Villa Gesell. El magistrado argumentó que no se trataba de una detención de urgencia. La Sala III, en cambio, le dice al magistrado que él mismo libró una orden de captura contra el ingeniero, pero que se demoró demasiado en firmarla, por lo que García Bolster tuvo tiempo de escapar a Villa Gesell. Los fiscales y la Bonaerense lo siguieron hasta allí y cuando lo encontraron allanaron la vivienda. Ahora la Cámara convalida ese allanamiento, ratifica que fue un caso de urgencia y que la urgencia se produjo por las demoras del juez. Respecto de Gastón De la Torre, hijo del Beto De la Torre, quien está preso como una de las cabezas operativas del robo, la Cámara afirma que las pruebas son más que suficientes. Por ejemplo, se le encontraron 75.000 dólares en su habitación, además de dos pistolas nueve milímetros y una granada. Al mismo tiempo, la Cámara da por probado que Gastón no fue un hombre de apoyo sino que tuvo activa participación en el robo y en la resolución de ayer se señala que es el hombre flaco, con gorro y chaleco de pesca que entró a la sucursal a mano armada.

La Comisión Investigadora de Lavado de Dinero del Banco Provincia les advirtió a los investigadores del Ministerio de Seguridad y a los fiscales que Gastón tenía una caja de seguridad a su nombre en la sucursal de plaza Once. En el allanamiento a esa caja se encontraron 55.000 dólares más, 1470 euros, 36.000 pesos y un boleto de compraventa de una camioneta. Cuatro fiscales –Jorge Apolo, Duilio Cámpora, Fabián Brahím y Eduardo Vaiani– volvieron a pedir la detención de Gastón, pero Sal Lari la rechazó. Ahora la Casación dice que debe ser apresado y enviado a la cárcel.

Respecto de Lemos y Sosa, las pruebas son nítidas, según los camaristas, al menos para imputarles el encubrimiento, ya que se los sorprendió sacando los 155.000 dólares de la casa de De la Torre. Lemos y Sosa son primos de Gastón.

En el caso Banco Río parece estar detenido todo el grupo que actuó como mano de obra del asalto, pero no así los que pensaron y fueron jefes del golpe. Esa impresión es la que queda cuando se calcula que del total de botín apenas se recuperó apenas el diez por ciento.