Mié 20.09.2006

SOCIEDAD

El gran robo de los boqueteros expertos en relaciones públicas

En un asalto con boquete a una financiera que duró ocho horas, los rehenes miraron TV y pudieron salir a fumar. Los ladrones contaron que donarían el diez por ciento a un comedor infantil.

Llegaron alrededor de las diez y media. Estaban organizados como un grupo comando. El objetivo era la financiera Metrópolis, en Balvanera. Entraron por un edificio cercano. En una de sus oficinas hicieron un boquete para entrar a la entidad sin llamar la atención. Mientras tanto, todas las personas que entraban al edificio eran llevadas al departamento del encargado, donde llegaron a ser 13. Allí, uno de los asaltantes quedó al cuidado de los rehenes, entre los que había una nena de 6 años. Pero todo fue distinto a las películas: el hombre, considerando que la pequeña tiene problemas respiratorios, no les permitió fumar delante de ella, dejó que algunos miraran televisión y hasta les reveló que el diez por ciento de lo robado sería “donado” a un comedor infantil. Cuando la banda consiguió el botín, los rehenes –a quienes no les robaron ni dinero ni objeto alguno– pudieron volver a sus tareas habituales.

Ocurrió el domingo. Los ladrones, con pasamontañas, armados y con una batería de herramientas, entre las que había mazas, cortafierros, pinzas, amoladoras, martillos neumáticos y sopletes, accedieron al comercio tras romper la pared de un departamento cercano, pasar por los techos de un local comercial e ingresar mediante un boquete en el techo de la financiera, ubicada en Corrientes 2555. Una vez en el interior, violentaron con sopletes una caja fuerte y se apoderaron de una suma de dinero que aún no fue revelada. Luego escaparon por donde habían llegado: el túnel.

Según relataron algunos testigos, la banda entró el edificio de Corrientes 2555 alrededor de las 10.30, y se quedó hasta casi las 18. Al parecer eran cuatro. Uno de ellos estaba con el portero del edificio para esperar a cada uno de los que llegaban hasta ese lugar. Es que allí, en el sexto piso del edificio, funciona la radio FM La Boca y debían ir los integrantes de los programas que tiene la emisora en su grilla dominical. El primero de los envíos comenzaba a las 15. Los integrantes de La Contratapa, como se llama ese programa, llegaron al edificio a las 14.30.

“Cuando entramos no notamos nada raro –cuenta a Página/12 Darío Alí, conductor del programa y uno de los rehenes–. Vi que había dos hombres, uno era el encargado y el otro no sé, pensé que podía ser un amigo.” Pero lejos de tener esa relación con el portero, el hombre era uno de los cuatro integrantes de la banda que ya a esa altura estaba en pleno trabajo de apertura del boquete. “Cuando encaramos para el ascensor, aparece un tipo de atrás con un arma y nos dice ‘esto no es con ustedes’, y nos invitó a subir por la escalera hasta el primer piso, pero antes nos hizo dejar celulares, mochilas y nos pidió que no lo miráramos.”

Luego, mientras dos de los integrantes de la banda trabajaban en una oficina del primer piso, uno de ellos acompañó a los rehenes al departamento del portero, en el último piso. Allí estaba uno de los asaltantes al cuidado de otras personas: una niña de 6 años con su madre y abuelo, el propio encargado y la operadora de la radio. “A pesar de la situación, nos trataron bien –relató Darío–. No hubo agresión ni nada. Sabían lo que hacían porque estuvieron muy tranquilos. Incluso, el que nos ciudaba sabía que la nena tenía problemas respiratorios –porque se lo había comentado la madre de la pequeña– y prohibió fumar delante de la chica porque le hacía mal; los mandaba a la terraza del departamento.”

El propietario de la emisora de FM La Boca, Javier González, aseguró que ese día, al no escuchar la programación habitual de la radio, pensó que la operadora se había quedado dormida o que había ido al estadio a ver a Huracán. “Empecé a llamar desesperado a la radio y a mandar mensajes de texto para saber qué estaba pasando y ya me iba a venir para acá (la radio)”, dijo. Además contó que otro de los conductores de la radio, Maximiliano Grillo, al ser liberado cuando los delincuentes se fueron, salió al aire a pedirle al mismo González que se comunicara con ellos.

“Algunos estábamos mirando los resultados de los partidos –explicó Darío Alí–. También me puse a dibujar con la nena en un pizarrón de juguete. En un momento, la misma nena le pregunta al tipo por qué estaba tan abrigado (tenía un pasamontaña) y él le dijo que era porque estaba resfriado”, recordó, y agregó: “Incluso nos comentó que, como hacen en cada robo, iba a donar el 10 por ciento del botín a un comedor infantil”.

Así, entre un clima distendido y tenso al mismo tiempo, estuvieron hasta casi las seis de la tarde, cuando el “cuidador” preguntó: “¿Tienen otro juego de llaves?”: “Dijo que nos iba a encerrar –contó el conductor de La Contratapa–, entonces el dueño del departamento respondió que sí, que había otras llaves. Ahí, el ladrón nos aseguró que en 15 minutos no iban a estar y que podíamos salir. Pero lo hicimos media hora después, por las dudas”.

Informe: Luciano Zampa.

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