La Fundación Cardiológica alertó sobre la ingesta de papas fritas en los fast food. Hallaron signos de arteriosclerosis en el 30 por ciento de jóvenes de 16 a 20 años muertos por otras causas.
› Por Pedro Lipcovich
Más del 80 por ciento de las enfermedades cardiovasculares en la Argentina podrían evitarse con gasto cero para el sistema de salud, mediante cambios en el estilo de vida de la población. Esta fue sólo una de las precisiones que se plantearon ayer en una reunión donde la Fundación Cardiológica Argentina presentó los resultados de su última encuesta, efectuada sobre casi 2600 personas en centros de salud: casi el 40 por ciento resultó padecer algún problema cardiovascular, primera causa de muerte entre los argentinos. Y no se trata sólo de morirse: la primera causa de invalidez en la Argentina es el accidente cerebrovascular (ACV): especialistas proponen no llamarlo ya “accidente”, puesto que es evitable. La prevención, insisten, debe empezar desde la infancia, y señalan dos datos de fácil correlación: 1) la cantidad de papas fritas contenida en una porción expendida en los fast food se triplicó en las últimas décadas; 2) en más de un 30 por ciento de jóvenes de 16 a 20 años se hallaron signos de arteriosclerosis.
El estudio que presentó la Fundación Cardiológica se efectuó en centros de salud de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y Rosario. Comprendió a 2598 personas que se acercaron voluntariamente para medir su presión arterial y responder a un cuestionario que evaluaba su nivel de riesgo cardiovascular. El 66 por ciento eran mujeres, de entre 40 y 69 años; el resto, hombres de entre 39 y 77. El 39,2 por ciento resultó padecer enfermedades cardiovasculares: un 18,8 por ciento había tenido infarto agudo de miocardio (17,9 para las mujeres; 20,9 por ciento para los hombres); casi el 10 por ciento (9,3 entre las mujeres y 12 entre los hombres) tenía enfermedad vascular periférica –daño en las arterias que puede llevar a amputaciones–; y el 10,2 por ciento había sufrido ACV. El 40,5 por ciento tenía alta presión arterial (similar entre hombres y mujeres) y el 9,1 por ciento padecía diabetes (10 por ciento para hombres, 8,6 para mujeres).
También se indagó el nivel de estrés de los encuestados, al preguntarles si habían sufrido trastornos importantes en su vida afectiva o problemas laborales que los afectaran: el 53,5 por ciento de las mujeres y el 41,2 por ciento de los hombres contestaron que sí. “El estrés se asocia significativamente con el infarto de miocardio”, observó Horacio Zylbersztejn, jefe de internación delHospital Pirovano. El 16,6 por ciento de las mujeres y el 19,8 por ciento de los hombres fumaban.
Un previo estudio nacional determinó que “el 29 por ciento de la población es hipertensa, que la mitad desconoce esta condición y que sólo el 13 por ciento se trata”, recordó Guillermo Fábregues –director del programa Conciencia de Hipertensión Arterial de la Fundación Cardiológica Argentina–, y destacó que “según el estudio Interheart, que abarcó 52 naciones, en países de desarrollo medio, como la Argentina, las enfermedades cardiovasculares caerían un 80 por ciento sólo por la adopción de estilos de vida saludables”. El especialista recordó que “se considera normal una presión por debajo de 120/80; por encima de 140/90, es hipertensión; entre eso valores es ‘normal alta’, según la nomenclatura europea, o ‘prehipertensión’ para los estadounidenses”.
Fabregues advirtió que “la complicación más frecuente de la hipertensión es el accidente cerebrovascular, segunda causa de muerte y primera causa de discapacidad en la Argentina. El ACV no debiera llamarse ‘accidente’, ya que es evitable, como las demás enfermedades cardiovasculares, para quien haga una alimentación saludable, camine 30 cuadras por día y no fume”.
Fábregues señaló que “es necesario prevenir desde la infancia” y comentó que “en autopsias de jóvenes de 16 a 20 años, que habían muerto por otras causas, se constató que más del 30 por ciento ya presentaba arteriosclerosis en las coronarias”. Se trata de “cambiar los hábitos a tiempo”, ante hechos como el de que “en 1970, las porciones de papas fritas en los fast food tenían 200 calorías; en los ‘80, 320; en los ‘90, 450; hoy, 610 calorías. No hay por qué dejar de comer papas fritas, se trata de comer menos”. En la Argentina mueren más de 90.000 personas por año por causas cardiovasculares.
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