En la causa por el asesinato de Yésica “Marela” Martínez, la Fiscalía exigió ayer la condena a reclusión perpetua de Héctor “El Nene” Sánchez. El procesado es acusado de vejar, matar y enterrar a “Marela”, de 9 años, que estuvo desaparecida cuatro meses hasta que fue hallada en la denominada “Casa del Horror”, y a la adolescente Mónica Vega, de 14, prima de una cuñada del imputado, que fue asesinada hace 10 años.

El pedido fiscal fue acompañado por los abogados de las familias de las víctimas –Mariel Schneider y Javier Garín–, que sostuvieron que Sánchez llevó adelante sus crímenes sólo por placer y descartaron cualquier venganza de Sánchez hacia el padre de “Marela”, como se había dicho durante la investigación.

En el alegato, los acusadores no sólo reclamaron la condena a reclusión perpetua para Sánchez, sino que también exigieron la aplicación de la accesoria del “tiempo indeterminado” por la peligrosidad del delincuente y la crueldad con la que se cometieron los crímenes.

Además, la fiscal Mirta Gianella, de Lomas de Zamora, acusó a Sánchez por la violación de su prima, hecho que ocurrió hace diez años y se conoció durante este juicio oral.

“Marela” desapareció el Día de la Madre de 2003, cuando había salido a comprarle un regalo a su mamá. Su cadáver recién fue hallado el 20 de febrero del 2004, debajo del piso de la casa del detenido.

Allí también había sido violada y asesinada la adolescente Mónica Vega, de 14 años. Y fue entonces cuando el hermano del acusado le contó a Víctor Martínez, padre de “Marela”, que “El Nene” había sido el responsable de ese homicidio. Los investigadores entraron en la vivienda y encontraron los restos de la pequeña debajo de una losa de cemento que habían volcado recientemente.

Sin embargo, el fiscal de instrucción Andrés Devoto siempre sospechó que Sánchez no habría actuado solo porque el cuerpo de la nena tenía rastros de haber sido trasladado, presumiblemente, a una estación de servicio donde se hallaron algunas pruebas. Además, la policía había inspeccionado la casa de los Sánchez en los primeros días de la desaparición, sin encontrar ningún rastro llamativo. Sánchez fue procesado con prisión preventiva por el homicidio, pero no se lo culpó por el abuso sexual ya que no se había podido constatar que él hubiera sido el responsable.

También fueron a juicio el hermano del acusado, Hugo “Bebe” Sánchez, y su pareja, Adriana Frutos, que vivían en la casa donde ocurrieron los crímenes. Mónica Vega era la prima de Adriana Frutos.