SOCIEDAD › TRAS UN DIA DE CAOS, POSTERGAN LAS REFACCIONES EN AEROPARQUE
Los vuelos que iban a salir de Ezeiza al final salieron de Aeroparque. Hubo quejas y demoras. Y las obras fueron suspendidas.
Que salía el vuelo, que no salía el vuelo. Que despegaba desde Aeroparque, que lo hacía desde Ezeiza. Al final, todos los pasajeros terminaron esperando su avión en el Aeroparque Jorge Newbery, donde el paisaje fue de caos: largas colas, unas tres mil personas varadas, bolsos con y sin rueditas que se chocaban una y otra vez y caras de una jornada para el olvido. Así fue el panorama de ayer en la aeroestación porteña hasta la tarde, cuando todo empezó a normalizarse. El problema fue que, por las refacciones en el Aeroparque, varios vuelos de Aerolíneas Argentinas y Austral debían partir desde Ezeiza. Pero allí, las autoridades del aeropuerto no dejaron entrar al personal de la aerolínea porque “no estaban autorizados ni tenían credenciales”. Los pasajeros debieron volver a la Costanera Norte sin imaginar el escenario que les esperaba. Los únicos beneficiados, taxistas y remiseros que se hicieron el día trasladando gente desde provincia a Capital. Después de tantas idas y vueltas, las obras en el Aeroparque fueron postergadas “hasta nuevo aviso” y, por el momento, todos los vuelos parten desde allí.
“Hasta el martes a la noche no había un listado del personal que se iba a trasladar de Aeroparque a Ezeiza. Magos no somos. No podemos habilitar la autorización por el solo hecho de que traigan camiones con trabajadores y se paren en la puerta del aeropuerto. El aeropuerto no es un gallinero. Son unos improvisados”, criticó a Aerolíneas Argentinas el interventor de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Marcelo Saín, y la acusó de tener “un comportamiento bananero”. La empresa se defendió: “No somos los dueños del aeropuerto ni quienes damos las autorizaciones. Aerolíneas no tiene injerencia en la pista, no dispuso la remodelación y no habilita al personal para acceder a las zonas de seguridad”, retrucó el vocero de la compañía, Carlos Arias.
Así comenzó el jueves. Con dichos y entredichos y con pasajeros a la espera de su avión. Como Pablo, un chubutense de visita porteña por temas de negocios, que se preparaba para volver a su Trelew natal: “No se puede creer. Me cerraron el vuelo. Hubo una hora de cola con todo esto de la demora, y como se pasaron de la hora, lo cerraron. Ahora me dieron otro pasaje, que por suerte no me cobraron, pero a Comodoro (Rivadavia). De ahí estoy a 400 kilómetros. Me tomo un micro o algo y listo. Salgo mañana a la mañana”, contó, ya con gestos de cierta conformidad.
Por su parte, José Luis Olivero, vocero de Aeropuertos Argentina 2000, concesionaria de Aeroparque, dijo que los trabajadores “no pudieron ingresar a Ezeiza por un inconveniente con credenciales y autorizaciones de ingreso”. En tanto, valijas y bolsos, con sus respectivos dueños, se acumulaban dentro del sector A1 del Aeroparque, donde las ventanillas de atención al público de Aerolíneas y Austral no daban respiro; reclamos y preguntas era el combo preferido por los pasajeros. La actividad en el Jorge Newbery iba a restringirse a partir de la noche del martes y hasta mediados de diciembre, a raíz de obras de ampliación en la pista de aterrizaje, por lo que los vuelos de esas dos compañías se habían reprogramado para operar desde Ezeiza.
No todos los pasajeros conocieron este cambio a tiempo. “Yo estoy acá hace rato y no hicieron ningún aviso”, gritaba una mujer mientras caminaba por los amplios pasillos del Jorge Newbery, zarandeaba su valija de aquí para allá, y un hombre, personal de Aerolíneas, la seguía para intentar dar explicaciones. “No me dejan volar, no me dejan volar”, remató la mujer.
Desde Aerolíneas informaron que “fueron 22 los vuelos reprogramados con 150 pasajeros cada uno. Pero también se vieron involucrados otros vuelos que debían salir después del mediodía, por la demora en las colas para despachar el equipaje. “Tengo el viaje de las 18.10 a Tucumán –explicó uno de los tantos pasajeros que estaba en la cola de Aerolíneas, pasadas las cuatro de la tarde–; estoy con tiempo, pero con esta cola, tengo para rato.” Así, quienes llegaban para tomar los vuelos de la tarde se encontraban con ese escenario.
A medida que pasaba la tarde, la mayoría de los pasajeros había partido hacia sus destinos y la situación se normalizaba. Asimismo, voceros de AA informaron que durante los próximos días todos sus vuelos, como los de Austral, partirán desde la Capital, y que una vez que autoridades permitan el ingreso de empleados a Ezeiza “se tomará 48 horas” para avisar a los pasajeros sobre el cambio.
Informe: Luciano Zampa.
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