SOCIEDAD › ESCAPABA DE LA POLICIA Y SE ATRINCHERO EN SU CASA
El hombre escapaba de la policía, que lo perseguía por un robo cometido en Laferrère. Pudo llegar hasta su casa en Virrey del Pino, pero los de azul seguían pisándole los talones. Entonces, optó por tomar de rehenes a toda su familia: doce en total –los que estaban allí en ese momento–, entre ellos su esposa y tres hijos. Así estuvo, atrincherado, ocho horas, hasta que se entregó, no se sabe si convencido por el negociador policial o algún familiar.
El episodio terminó cerca de las 11, cuando el acusado se entregó tras una tensa y prolongada negociación con la policía, y de esa forma liberó ilesos a sus familiares, once de ellos niños.
Todo había comenzado pasadas las 22.30 del domingo, cuando el imputado, Jorge Marone, robó –de acuerdo con el relato policial– un auto en Laferrère a una familia.
Una vez realizada la denuncia en esa localidad del partido de La Matanza, se envió un alerta a todas las comisarías de la zona. Cerca de las 2, ya de ayer, un efectivo identificó a Marone –también conocido como el “Gordo Diente”– e intentó detenerlo, pero ante la resistencia del sospechoso se produjo un enfrentamiento.
Acto seguido, el Gordo Diente corrió hasta una casa, tomó del cuello a una mujer y entró a la vivienda. Después se descubriría que la señora era su esposa y que el lugar era su hogar.
A partir de ese momento y con el correr de los minutos, llegaron más efectivos policiales y del Grupo Halcón, el fiscal de turno, Mario Massa, y otras autoridades judiciales.
Allí comenzaron las tratativas, que tuvieron un alto grado de tensión porque Marone no se mostraba predispuesto al diálogo, a tal punto que amenazaba con hacer explotar una garrafa que había en el interior de la casa y hasta realizó varios disparos al aire, con sus familiares a escasos metros.
“La negociación fue larga debido a circunstancias de intransigencia (del acusado), se mostró muy hostil”, expresó el jefe de la Delegación de Investigaciones de La Matanza, Carlos Prost.
Un vecino del lugar afirmó que el Gordo Diente también le había disparado, provocándole una leve herida en la rodilla.
Las tratativas comenzaron a destrabarse cuando al lugar llegó el abogado de Marone, Horacio Casalla, quien ofició de interlocutor entre el imputado y los negociadores del Grupo Halcón.
De esa manera, cerca de las 11 llegó la definición, cuando el Gordo Diente se entregó y, esposado, fue conducido a la seccional de la zona.
La Justicia de Menores ordenó revisar a los once chicos que habían sido tomados como rehenes. A todos se los encontró en buen estado, al tiempo que se iniciaron los trámites para determinar si se los mantendrá bajo protección o serán restituidos a sus familias.
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