SOCIEDAD › EL TRIBUNAL CONDENO A RECLUSION PERPETUA AL VIOLADOR DE NUÑEZ
Claudio Alvarez fue condenado, entre otros hechos, por la violación y el asesinato de una mujer y la violación de la hija de ella. Los familiares y amigos de las víctimas festejaron el fallo.
Sandra Calvo, entre lágrimas, se mostró satisfecha por la condena a reclusión perpetua que recibió ayer Claudio Alvarez, acusado de haber sido el responsable de las violaciones sufridas, el 3 de diciembre del año pasado, en el barrio porteño de Núñez, por su madre Elsa Escobar, de 53, quien fue asesinada por el atacante, y su hermana, que hoy tiene 14 años y pudo sobrevivir a pesar de las graves heridas sufridas. “Todos podemos estar tranquilos de que por muchos años Claudio Adrián Alvarez no va a estar en la calle y no va a poder atacar a la madre de nadie, a la hermana de nadie y a la hija de nadie”, declaró Sandra Calvo, querellante en la causa, minutos después de ser leída la sentencia del Tribunal Oral 13, integrado por Diego Leif Guardia, Adolfo Calvete y Enrique Gamboa. En la sala, tras escuchar el fallo, los familiares y amigos de las víctimas aplaudieron y se abrazaron. Alvarez escuchó a los jueces esposado, con chaleco antibalas y apretando un rosario en su mano izquierda.
Al aplicar la pena se castigó también las violaciones cometidas por Alvarez en contra de C. L. y L. G., el 23 de abril de 2005, y los ataques sexuales contra las adolescentes C. F. y A. D., el 30 de julio de ese año, todos en el mismo barrio ubicado en la zona norte de la Capital Federal. Por ese motivo se lo conocía como “El violador de Núñez”. Todas las imputaciones contra Alvarez se consolidaron a partir del reconocimiento que hizo una de las víctimas, la hermana adolescente de Sandra Calvo.
La chica, que tenía 14 años cuando fueron violadas ella y su madre en el departamento familiar de 11 de Septiembre al 3500, salvó su vida a pesar de las heridas que recibió. El acusado le hizo cortes en la espalda con un cuchillo y, como ella se desmayó, él la dejó creyendo que estaba muerta. Antes había asesinado a la madre. Alvarez vivía con su pareja en el mismo edificio de sus víctimas y estaba encapuchado, pero la chica le descubrió el rostro en el momento de la violación y lo reconoció como su vecino.
Luego del fallo que condenó a Alvarez a la pena de reclusión perpetua, Sandra Calvo admitió que esa sentencia era “la única tranquilidad” que se podía llevar. “Creo que la necesitábamos todos”, agregó. Su abogado, Claudio Mazzaira, sostuvo que la condena a perpetua “era lo que nosotros esperábamos, lo que nosotros habíamos pedido a los jueces”. El fallo se basó en los casos juzgados y en los antecedentes de Alvarez, que tenía otras imputaciones anteriores por el mismo delito.
“La declaración de reincidencia (que se hizo en la sentencia) implica la obstaculización de cualquier beneficio que en el futuro Alvarez quiera solicitar. Esto sería pedir la libertad condicional a los 20 o 25 años”, explicó Mazzaira. De acuerdo con su análisis, la única posibilidad que le queda al acusado “es pedir la prisión domiciliaria cuando cumpla los 70 años de edad”. El abogado querellante consideró que la condena “es justa por lo abrumador de la prueba reunida en su contra”.
Mazzaira dijo que, a partir de la sentencia, esperaba que “otras víctimas de violación se animen a hacer la denuncia. Tienen que saber que la vergüenza no es de la mujer avasallada sino del violador y que es necesario que ellas los acusen para que este tipo de personas, si se las puede llamar personas, estén en la cárcel, donde deben estar”. Desde la vereda de enfrente, el defensor de Alvarez, el abogado Luis María Llaneza, anticipó que apelará el fallo porque, según él, “no hay elementos contundentes que corroboren esta decisión”.
Llaneza aseguró que los jueces hicieron “una construcción sobre indicios insuficientes”. Por ese motivo sostuvo que “no esperaba una sentencia” tan dura. Interpretó que tuvo mucho que ver “la condena pública que recibió Alvarez cuando fue detenido (el 3 de diciembre pasado por el asesinato de Elsa Escobar y la violación de su hija)”. Según Llaneza, “el hecho de tener antecedentes no quiere decir que va a volver a delinquir. Hay una proporción que no se recupera y otra que sí. ¿Por qué tiene que ser Alvarez el que no se recupera?” Una de las pruebas contundentes contra el imputado, en el caso de Escobar y su hija, fue el secuestro de un calzoncillo boxer en el que se halló “material genético de tres personas, que corresponde al acusado y a las dos víctimas”, según afirmó en el juicio oral el perito forense Eduardo Arzac.
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